Thursday, July 10, 2025

Bichos random por el jardín parte 2

    Introducción

Bueno, qué novedad que haya salido una segunda parte de esta serie de artículos... Pero claro, los bichos son los bichos, siempre hay algo curioso que contar (y encontrar).

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Créditos de la imagen: Ciencia Verde.

Algo diferente
Esta vez, a diferencia de la primera vez, decidí buscar bichos de forma activa. ¿Por qué? Pues por entretenimiento, y porque me parece interesante encontralos y tomarles algunas fotos. Simplemente estuve buscando en los jardines de mi universidad, un buen sitio para encontrar casi cualquier invertebrado. A parte, de encontrarme con algún que otro inesperado encuentro con nuestros dinosaurios avianos de todos los días.

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Herrerillo canario (Cyanistes teneriffae). Créditos de la imagen: Ciencia Verde.

Quizás el encuentro que más esperaba durante mis salidas de campo era con las increíbles arañas cangrejo (Thomisidae), un grupo que se caracteriza por el gran tamaño de sus dos primeros pares de patas, así como por su curiosa capacidad de cambiar de color. Situándose, mayoritariamente en los pétalos de las flores, esperando a que algún desafortunado polinizador se acerque y sea atrapado.

Y ciertamente fueron uno de los platos fuertes de las salidas, ya que logré capturar al menos tres especies distintas. Una de ellas en mi jardín y dos en la universidad. Siendo Misumena vatia, Misumena spinifera y Thomisus onustu.

Aquí están las tres especies que encontré durante mis salidas de campo. De izquierda a derecha: Misumena vatia, Misumena spinifera y Thomisus onustu. Originalmente, el ejemplar de Misumena spinifera era de color verde, pero por la conservación en alcohol, su color se alteró y se volvió  amarillento. Las otras dos arañas cangrejo mantuvieron su color original. Créditos de la imagen: Ciencia Verde

Seguramente, los ejemplares que capturé de Misumena eran machos debido a su pequeño tamaño, mientras que el de Thomisus era una hembra, ya que era bastante grande. Y bueno, aprovechando de que me pase un buen rato revisando flores, también aproveche para capturar una especie de abeja que me pareció bastante interesante. En un principio tenía en mente capturar un abejorro de culo blanco (Bombus canariensis) pero no tenía botes suficientemente grandes para capturar uno y tampoco me quería llevar un chichón.

Este fue la especie de abeja que capturé (ver imagen inferior). Un macho de Halictus fulvipes. Sé que es un macho porque tiene el abdomen estrecho y alargado, las patas y el borde apical de la cara son amarillos, y sus antenas son muy largas, con el segmento apical doblado.

Aquí una de las mejores fotos que les saqué a este bonito ejemplar. Créditos de la imagen: Ciencia Verde.

Hurgando un poco en el interior de las flores, me encontré con otro diminuto y carismático insecto, de una coloración bastante curiosa. Hasta tal punto, que se me ocurrió llamarlo Caramelo.

Foto de señor Caramelo. Créditos de la imagen: Ciencia Verde

Resulta que este diminuto amiguito es una ninfa de Haplothrips spp. Me pareció bastante curiosa su coloración tipo caramelo, y pensé en un pirmer momento que podría ser algún tipo de mutación genética. Pero es así su fase de desarrollo. Curioso ¿no?.


Tras haber estado buscando en las flores me dio por buscar bichos debajo de las piedras y encontré algunas ninfas de chinche de la malva (Pyrrhocoris apterus), que eran increíblemente diminutas y para poder identificarlas necesitaba usar una lupa. De hecho, pude llegar identificarla como una ninfa de chinche de la malva, porque presentaba ligeramente sus dos característicos puntos negros.

A la izquierda vista, vista dorsal de la ninfa, y a la derecha, vista ampliada del abdomen, donde se aprecian sus dos característicos puntos negros, que me permitieron identificarla. Créditos de la imagen: Ciencia Verde.

Pero, sin duda, uno de los bichos que no me esperaba encontrar debajo de las piedras era una escolopendra, concretamente de la especie Scolopendra valida. Sabía de sus existencia, pero la verdad es que no me esperaba encontrarla.

Scolopendra valida. Créditos de la imagen: Ciencia Verde

Y bueno, ante tal descubrimiento aproveché para sacarle un par de fotos a sus potentes forcípulas. De hecho, para poder capturar a este ejemplar, tuve que ingeniármelas, ya que era bastante escurridizo a pesar de ser totalmente ciego (las escolopendras son de hábitos nocturnos).

La boca no se ve fácilmente, ya que queda parcialmente oculta por las piezas bucales y las forcípulas. Créditos de la imagen: Ciencia Verde.

Conclusión
Pues estos han sido los invertebrados más destacados durante mis días en el campo. A ver qué otros curiosos invertebrados me puedo seguir encontrando en mis próximas salidas.

Para publicaciones anteriores sobre mis aventuras por el jardín consulté...
-Un bicho random por el jardín (Mayo, 2025)
-Cuando la dieta manda (Junio, 2025)

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