Monday, September 29, 2025

¿Y esto a qué huele?

 Introducción

No hay órgano más importantes para un lepidóptero que sus antenas y alas, siendo especialmente relevantes las primeras para la detección de fragancias y señales químicas, y las segundas para el desplazamiento. Pero, centrémonos en las antenas. 

Las antenas plumosas o peludas se caracterizan por presentar un importante número de ramificaciones laterales que aumentan la superficie disponible para las sensilas olfativas, unas pequeñas estructuras destinadas para detectar las feromonas que hay en el aire. Cuanto mayor sea la superficie antenal, mayor será la sensibilidad de detección. En contraste, existen otras especies de polillas que poseen antenas simples, finas y sin ramificaciones. Entonces, ¿por qué algunas polillas tienen antenas plumosas y otras no?

Vista de detallada sobre la morfología de una antena plumosa de la polilla Canararctia rufescens. una especie de polilla de tamaño considerable y sorprendentemente poco estudiada. Créditos de la imagen: Ciencia Verde.

Todo se reduce a eso, como casi siempre
Bueno, pues la presencia de un tipo de antena u otro está ligado, como no, a la selección sexual. En un mundo donde la oscuridad imposibilita el uso de señales visuales, resulta poco factible desarrollarlas como un mecanismo principal de comunicación. Así pues, el verdadero as bajo la manga de las polillas fue desarrollar unas antenas con una mayor capacidad sensitiva para detectar la más mínima traza de feromonas liberadas por la hembra.

Una estructura que se ha desarrollado, seguramente, por el hecho de que aquellos machos con antenas más elaboradas fueron capaces de localizar a las hembras con mayor facilidad, y, por lo tanto, tuvieron más oportunidades reproductivas que aquellos que no las presentban. Como resultado, transmitieron a su descendencia esta característica ventajosa, de manera que, generación tras generación, se convirtió en un rasgo común dentro de la población, y que, gracias a la correlación genética, las hembras también terminaron heredando este rasgos (véase Cuellos largos para conquistar para entender mejor este concepto). 

Pero, entonces, si con el paso del tiempo las polillas han pasado de antenas simples a antenas más elaboradas ¿significa esto que en el futuro desarrollarán antenas aún más elaboradas que las actuales? Pues no. Dado que la presencia de antenas elaboradas está limitada por costes biológicos, ya que solo las especies de mayor tamaño corporal pueden permitirse mantener antenas muy grandes o ramificadas (Johnson et al., 2022). Por eso nunca hemos visto una polilla pequeña con tales características en sus antenas.

Un macho de Argema mittrei, una de las polillas más grandes del mundo. Fíjese el considerable tamaño que tiene sus antenas. Créditos de la imagen: Ciencia Verde.

De hecho, en las especies con antenas elaboradas, los machos con antenas más largas suelen habitar poblaciones más dispersas o enfrentarse a feromonas femeninas de difusión rápida, que requieren una mayor sensibilidad para ser detectadas (Johnson et al., 2022). Incluso, estas antenas elaboradas evolucionaron con mayor frecuencias en especies donde las hembras son monándricas, lo que intensifica la competencia masculina. Al mismo tiempo, el desarrollo de antenas elaboradas en los machos ha influido en la pérdida de la capacidad de vuelo en las hembras (Symonds et al., 2012).

Ahora bien, pese a que este tipo de antenas elaboradas resulten ventajosas, no quiere decir que las simples no lo sean. Realmente, lo de "simples" sería algo cuestionable si sabemos que este tipo de antenas están recubiertas por escamas dispuestas de manera estereotipada que aumenta la concentración de partículas alrededor de la antena y desvían el polvo u otras partículas no necesidad (Wang et al., 2018). Siendo esta la explicación de por qué no son necesarias las antenas plumosas en todas las especies.

Diferentes disposiciones de las antenas de las polillas Heliozelidae: (a) paralelas al flagelo (Par); (b) anillos completos (Com), (c) escamas ausentes intermitentemente en cada dos anillos (Int) o (d) falta una fila de escamas. Editado de Wang et al. (2018)

Conclusión
Y he aquí otro rasgo visualmente vistoso y llamativo que se ha estudiado, pero que casi nadie conoce. ¿Razones? Ni idea, aunque me parece bastante gracioso que un rasgo tan vistoso apenas llegue a suscitar algún tipo de interés.

Bibliografía
  1. Johnson Tamara L. , Elgar Mark A. , Symonds Matthew R. E. (2022). Movement and olfactory signals: Sexually dimorphic antennae and female flightlessness in moths.
    https://www.frontiersin.org/journals/ecology-andevolution/articles/10.3389/fevo.2022.919093/full
  2. Symonds, Matthew & Johnson, Tamara & Elgar, Mark. (2012). Pheromone production, male abundance, body size, and the evolution of elaborate antennae in moths.
    https://www.researchgate.net/publication/221694618_Pheromone_production_male_abundance_body_size_and_the_evolution_of_elaborate_antennae_in_moths
  3. Wang, Qike & Shang, Yidan & Hilton, Douglas & Inthavong, Kiao & Zhang, Dong & Elgar, Mark. (2018). Antennal scales improve signal detection efficiency in moths.
    https://www.researchgate.net/publication/323758743_Antennal_scales_improve_signal_detection_efficiency_in_moths

Thursday, September 25, 2025

El monstruo improbable de Gould

 Introducción

Siendo sincero, la teoría del puntuacionismo es una idea en la que he intentado buscar un ejemplo más o menos sólido que la sostenga, pero es simplemente imposible, porque no existe un caso real que demuestre que esto suceda... ¿O sí?

Bueno, con mis recientes aproximaciones por el mundo de la botánica y sus milagros. Quizás, Gould podría tener algo de razón si tenemos en cuenta el caso de las plantas. Sí, sorprendentemente, un zoólogo tendría que apelar a la ayuda de las plantas para tratar de sostener algo casi insostenible por su propio peso.

El apoyo de lo improbable
Suponiendo (y a la vez sabiendo) que en una planta con flor se producen pequeños cambios en un conjunto reducido de bases nucleicas en su ADN, desencadenando, como consecuencia, una gran transformación morfológica que imposibilite la reproducción de su planta descendiente, ya que, como he dicho, su morfología floral no sería igual que la de su progenitor y, por ende, los polinizadores no la reconocerían. Ante esto, la planta optaría por una reproducción asexual, clonándose a sí misma.

Este proceso mantendría a la población mutante (por llamarla de alguna forma), y podríamos considerar esta gran transformación como un "salto", si es que se le puede llamar así, porque en un primer momento la población sigue siendo genéticamente muy similar, salvo por un pequeño conjunto de genes que han cambiado. Sin embargo, si durante ese proceso de clonación se llegara a producir una duplicación cromosómica que permitiría que los cambios iniciales se consoliden y se combinen con nuevas variantes, lo que por ende aumentaría significativamente la diversidad genética y el aislamiento reproductivo.

El gran problema de toda esta teoría es que, si no se produce el proceso de duplicación cromosómica antes de cualquier cambio ambiental, la población mutante simplemente desaparecerá. Dado que no existe variabilidad genética. Ahora bien, ¿sería posible la evolución gradual en este caso? Desde mi punto de vista, creo que no sería real, básicamente porque el tiempo que tardaría una población en acumular las suficientes mutaciones como para generar una transformación significativa es demasiado larga comparado con la rapidez de los cambios ambientales.

Conclusión
Así que hasta aquí sería posible la macroevolución. Quizás Gould debería de haberse acercado un poco más a la botánica y no tanto a la zoología para explicar su teoría del equilibrio puntuado, la cual, por mi parte, ha recibido un par de críticas. Aunque siempre es interesante cuestionar este tipo de conceptos, ya que, sorprendentemente, suele criticarse la teoría de Darwin como si fuera la peor teoría del mundo, cuando lo cierto es que hay teorías más recientes, con un supuesto "mayor entendimiento", que se alejan mucho más de la realidad de lo que propuso Darwin.

Para publicaciones anteriores sobre micro y macroevolución, consulté...

Tuesday, September 23, 2025

¿Qué fue primero?

 Introducción

Una vez más, en otra y satisfasciente conversación con Biofauna ha dado lugar al surgimiento de otra interesante pregunta. Siendo sincero, hablar de biología es algo que me fascinan enormemente y cuando hay un intercambio de conocimiento o de información, es desde luego, satisfactorio. Pero bueno, no voy a irme por las ramas y vayamos al grano.

Un importante número de especies de peces son hermafroditas, habiendo algunas que se desarrollan como macho y luego cambia de sexo a hembras (Protandria) y otros que se desarrollan como hembras y luego pasan a ser machos (Protoginia). Entonces, ¿cómo surgieron estas formas de desarrollo en los peces? ¿Fue la protoginia la condición ancestral del grupo, dado que es el tipo de hermafroditismo secuencial más extendido y la protoginia una forma derivada, o, por el contrario, la protandria fue la condición ancestral que se fue perdiendo, apareciendo derivadamente la protoginia?

Aquí un ejemplo de cada tipo de hermafroditismo comentado anteriormente. A la izquierda, un pez payaso (Amphiprion ocellaris), como ejemplo de protandria, y a la derecha, un Thalassoma bifasciatum, como ejemplo de protoginia. Créditos de la imagen en el mismo sentido: François Libert y Pauline Walsh Jacobson.

Hoy blanco y mañana negro
Lo cierto es que ninguna de esta hipótesis es correcta. Tanto la protandria como la protogina han surgido múltiples veces e independientemente en múltiples linajes de peces teleósteos, y que la verdadera condición ancestral en los teleósteos era el gonocorismo, es decir, la existencia de dos sexos separados. Aunque todas las formas de hermafroditismo pueden revertir eventualmente al gonocorismo, no todas son igual de estables evolutivamente. La protoginia y el hermafroditismo simultáneo tieden a mantenerse en los linajes por más tiempo, mientras que la protandria suele desaparecer o revertir con mayor rapidez (Pla et al., 2022).

Esta diferencia se puede explicar por varios factores, como podría ser la longevidad de cada especie, la inversión de energía en los órganos reproductores, ciertas restricciones del desarrollo y la no dualidad en el origen embrionario de las gónadas en los teleósteos contribuyen a que la protoginia predomina sobre la protandria (Pla et al., 2022). Además, según el modelo de ventaja por tamaño, el cambio de sexo ocurre cuando el éxito reproductivo aumenta con la edad o el tamaño más rápidamente para un sexo que para el otro, y está determinado por la estructura social y reproductiva de cada especie (Warner, 1984, 1988).

De esta manera, cuando los machos grandes pueden monopolizar hembras y aparearse en parejas, la protoginia resulta ventajosa, ya que los individuos pequeños obtienen éxito reproduciéndose como hembras hasta alcanzar el tamaño adecuado. Contrariamente, cuando los adultos desovan en grandes grupos y la competencia espermática es intensa, la selección favorece el gonocorismo, ya que el cambio de sexo no resulta ser ventajoso en este contexto (Erisman et al., 2009).

Esto es algo que se observa en los meros (familia Epinephelidae). Créditos de la imagen: Xavier Beiro.

Conclusión
Y así es como, de una simple y mera conversación, surgen las grandes y potentes preguntas (y de la observación, claro está). Además, de la simple pero colosal expresión latina sapere aude. Cómo adoro esa expresión.

Bibliografía
  1. Pla, S., Benvenuto, C., Capellini, I., & Piferrer, F. (2022). Switches, stability and reversals in the evolutionary history of sexual systems in fish.
    https://www.nature.com/articles/s41467-022-30419-z
  2. Warner 1984. Mating behavior and hermaphroditism in coral reef fishes.
    https://www.researchgate.net/publication/232558811_Mating_Behavior_and_Hermaphroditism_in_Coral_Reef_Fishes
  3. Warner. 1988. Sex change in fishes: hypotheses, evidence, and objections.
    https://www.researchgate.net/publication/225800380_Sex_change_in_fishes_hypotheses_evidence_and_objections
  4. Erisman, Brad & Craig, Matthew & Hastings, Philip. (2009). A Phylogenetic Test of the Size-Advantage Model: Evolutionary Changes in Mating Behavior Influence the Loss of Sex Change in a Fish Lineage.
    https://www.researchgate.net/publication/26690559_A_Phylogenetic_Test_of_the_Size-Advantage_Model_Evolutionary_Changes_in_Mating_Behavior_Influence_the_Loss_of_Sex_Change_in_a_Fish_Lineage

Friday, September 19, 2025

Una manchas poco explicadas

 Introducción

Con el reciente estudio que evidencia que existen cuatro especies de jirafas genéticamente diferenciadas y con un importante aislamiento reproductivo (Muneza et al., 2025), supongo que sería interesante hablar un poco sobre las jirafas. Aunque este artículo realmente no lo he hecho con la intención de profundizar en su filogenético, sino más bien en una pregunta diferente: ¿por qué las jirafas tienen manchas?

Jirafa del norte (Giraffa camelopardalis). Créditos de la imagen: Ciencia Verde.

La apariencia engaña a la vista
La primera idea de que se nos podría ocurrir para explicar el origen de estas manchas es que funcionen como camuflaje. Aunque los adultos sean prácticamente intocables, sus crías son extremadamente vulnerables, por lo que desarrollar un patrón como este les podría ser útil. Pero, ¿cómo explicaría esto su presencia en los adultos?

La respuesta está en la termorregulación que ejerce estas manchas. Las manchas de jirafas están asociadas a una compleja red vascular que actúa como un sistema de control de calor. Durante las horas de calor, los vasos sanguíneos situados bajo las manchas se dilatan, lo que les permite desviar grandes volúmenes de sangre caliente hacia los pulmones, donde el calor se elimina. De este modo, los músculos y órganos internos quedan protegidos del sobrecalentamiento. Mientras que, durante la noche, cuando las temperaturas bajan, este sistema de vasos se contraen, lo que permite retener más el calor y mantener la sangre caliente alrededor de los órganos vitales (Taylor et al., 2023).

Jirafa bajo luz infrarroja. Nótese la diferencia de temperatura entre las manchas y el cuerpo. Créditos de la imagen: WildEarth.

En base a esto, podemos plantear dos preguntas bastante interesantes: ¿Podría estar correlacionado el surgimiento de las manchas como una adaptación al calor? y ¿por qué la selección natural habría favorecido un sistema de termorregulación tan especializado en las jirafas y no en otros grandes herbívoros?

Con respecto a la primera pregunta, desde mi punto de vista, diría que sí. Es muy probable que el surgimiento de esta adaptación haya estado íntimamente ligado a la necesidad de enfrentar las altas temperaturas de la sabana africana. Además, esto podría explicar por qué el pariente vivo más cercano, el okapi, no presenta una coloración parecida a la de las jirafas, ya que este vive en las densas selvas tropicales del Congo, donde la radiación solar es mucho menor y la temperatura es más estable, en comparación con la sabana africana.

En cuanto a la segunda pregunta, la selección natural probablemente haya favorecido un sistema de termorregulación tan especializado en las jirafas, debido a que se trata de uno de los animales más grandes del mundo, cuya morfología limita los métodos de disipación de calor. A diferencia de otros herbívoros africanos, las jirafas no cuentan con estructuras externas que faciliten la pérdida de calor, como podrían ser las grandes orejas de los elefantes africanos. Además, la presencia de un cuello y unas patas extremadamente largas expone a la jirafa de manera constante a la radiación solar directa. Por lo que, estas limitaciones morfológicas hizo necesario el desarrollo de un sistema vascular especializado asociado a las manchas.

Ahora bien, a parte de resolver el motivo de su evolución. También se sabe que las jirafas hembras tienden a asociarse más estrechamente con otras hembras que tengan patrones de manchas similares, lo que implicaría que también funcionan como una forma de reconocimiento visual (Morandi et al., 2022) y que se trata de un rasgo heradable de madres a crías (Lee et al., 2018).

Ante todo esto, planteó la opción de considerar que se trata una adaptación compleja, dado que a partir de este mismo rasgo fueron apareciendo múltiples adaptaciones que interactúan entre sí, y su base genética heredable aseguras que estas características se transmitan a las siguientes generaciones.

Conclusión
Así que, esta sería la curiosa historia de las manchas de las jirafas. He decir que me ha parecido bastante curioso que una característica tan visible haya sido tan poco explorada, pa lo realmente interesante que es. En cierto modo, un poco como el origen de la melena del león (véase Lo más visible es también los menos conocido) y la cola del pavo real (véase Famoso como Nueva York, pero ni idea de su historia).

Bibliografía
  1. Muneza, Arthur & Brown, Michael & Fennessy, Stephanie & Ferguson, Sara & Hoffman, Rigardt & Janke, Axel & Kargopoulos, Nikolaos & Kipchumba, Adams & Koepfli, Klaus & Marneweck, Courtney & Petzold, Alice & Stabach, Jared & Winter, Sven & Fennessy, Julian. (2025). Effective conservation and management of giraffe require adopting recent advances of their taxonomy.
    https://www.researchgate.net/publication/388494591_Effective_conservation_and_management_of_giraffe_require_adopting_recent_advances_of_their_taxonomy
  2. Taylor, G & Dodwell, Prue & Gascoigne, Adam & Gianoutsos, Mark & Morris, Steve & Shayan, Ramin & Fogg, Quentin. (2023). Thermoregulation Not Just Camouflage. The Unique Vasculature of Giraffe Patches: A Cadaver Injection Study with Clinical Implications.
    https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36790779/
  3. Morandi, K., Lindholm, A.K., Lee, D.E. and Bond, M.L. (2022), Phenotypic matching by spot pattern potentially mediates female giraffe social associations.
    https://zslpublications.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/jzo.13009
  4. Lee, Derek & Cavener, Douglas & Bond, Monica. (2018). Seeing spots: quantifying mother-offspring similarity and assessing fitness consequences of coat pattern traits in a wild population of giraffes (Giraffa camelopardalis).
    https://www.researchgate.net/publication/328029992_Seeing_spots_quantifying_mother-offspring_similarity_and_assessing_fitness_consequences_of_coat_pattern_traits_in_a_wild_population_of_giraffes_Giraffa_camelopardalis

Sunday, September 14, 2025

Un ave que entiende de percepciones

 Introducción

Una característica que me ha parecido bastante curiosa e interesante que llevan a cabo los pájaros jardineros es que estos construyen una especie de nido en forma de pasarela con paredes altas, compuesto por palos, y lo decoran meticulosamente con todo tipo de objetos, donde suelen hacer sus complejas exhibiciones para reproducirse con las hembras.

Todo recae en la percepción
Lo más sorprendente de esto es que utilizan su nido para provocar una ilusión óptica (Endler et al., 2010), concretamente una ilusión de perspectiva forzada, que ocurre cuando un observador se encuentra en una posición fija y la disposición de los objetos en el entorno altera la percepción del tamaño real (Kelly y Endler, 2012). De este modo, las hembras perciben las conchas, huesos o piedras como más grandes de lo que realmente son, lo que aumenta la atracción hacia el macho que ha creado dicha ilusión.

El nido que construye el macho en forma de pasarela. Créditos de la imagen: Laura Kelly.

Ahora bien, ¿este efecto es intencional o simplemente casual? Para responder a esta pregunta, los investigadores modificaron la posición de los objetos en el gesso (la zona decorada frente al nido) y, sorprendentemente, los machos los devolvían exactamente al lugar donde se generaba la ilusión de perspectiva forzada (Endler et al., 2010). Esto demuestra que existe una clara intencionalidad por parte del macho, lo que indica que se trata de un comportamiento aprendido y perfeccionado que incrementa las oportunidades de apareamiento (Kelly y Endler, 2012). ¿Por qué la aumenta?

Pues de momento no se sabe. Una posible explicación es que sea un indicador de su destreza y habilidad cognitiva, dado que la construcción del nido y la disposición precisa de los objetos para crear la ilusión requiere de una planificación y coordinación espacial bastante desarrollada. Aun así, me sigue pareciendo curioso que este animal haya desarrollado un rasgo como este. Comparado con otros posibles rasgos, como el aumento del tamaño o el desarrollo de colores más llamativos, puede que resulte más costoso, mientras que manipular la percepción de la hembra mediante una ilusión óptica sea un método más eficiente que permite capturar y mantener su atención.

Conclusión
Desde luego, un interesante caso de cómo la selección sexual puede llevar a a la evolución de un rasgo como este, ya que, bueno, no se trata de un rasgo físico, sino de uno aparentemente cognitivo.

Bibliografía
  1. Endler, J. A., Endler, L., & Doerr, N. (2010). Great bowerbirds create theaters with forced perspective when seen by their audience.
    https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0960982210010365
  2. Kelley, L. A., & Endler, J. A. (2012). Illusions promote mating success in great bowerbirds.
    https://www.researchgate.net/publication/221768825_Illusions_Promote_Mating_Success_in_Great_Bowerbirds

Saturday, September 13, 2025

Cuando lo improbable se vuelve probable

 Introducción

Hace ya bastante tiempo, unos 3 o 4 meses, hablando con Biofauna surgió la pregunta de si podría existir alguna especie de animal marino que llegara a ser endémica. A primera vista, la respuesta podría parecer bastante obvia. Pero, ahora viéndolo en retrospectiva creo que podría ser algo bastante probable.

El marco teórico
Para empezar, el principal problema logístico de esta idea es que el océano es muy amplio y cualquier organismo puede moverse libremente por grandes distancias, ya sea nadando activamente o mediante la dispersión de sus larvas por medio de las corrientes marinas. Lo que hace que la mayoría de especies tengan un amplio rango de distribución y, por ende, parece imposible que haya algo de endemicidad. Por lo que, para que un organismo se vuelva endémico, necesita quedarse aislado en un área geográfica determinada, lo que permite que el flujo genético sea interrumpido y sea continuado por los principios fundamentales evolutivos.

Entonces, si este problema logístico de libre dispersión no está presente, como podría ocurrir en alguna especie de gusano tubícola u otros invertebrados que no producen larvas planctónicas, sino larvas directa que permanecen cerca de su lugar de origen, por ejemplo, un conjunto de fuentes hidrotermales, la idea de que existan especies marinas endémicas se vuelve bastante plausible, sino prácticamente real.

Y pese a que su limitación para la colonización de nuevos hábitats puede parecer inicialmente una desventaja, esta característica haría que la diversidad se concentrará, siendo importantes puntos calientes de biodiversidad, con especies que no se encuentra en ningún otro lugar.

Conclusión
Ahora bien, ¿existen especies con tales características? Pues, para mi sorpresa, sí. El gusano de Pompeya (Alvinella pampejana), que habita en chimeneas hidrotermales profundas de la Dorsal del Pacífico Oriental, presenta todas las características que comenté anteriormente. Además, su genética poblacional indica diferenciación a microescala, lo que significa que las poblaciones están aisladas, incluso, dentro de un mismo campo hidrotermal (Desbruyères et al., 1998).

Gusano de Pompeya (Alvinella pampejana). Imagen de dominio público.

Por lo tanto, esto apoya de manera contundente mi idea de que existen endemismos en el fondo marino, solo que todavía no hemos encontrado muchas especies con estas características, ni hemos estudiado lo suficiente a estas especies raras y tan remotas.

Bibliografía
  1. Desbruyéres, D. et al. Biology and ecology of the 'Pompeii worm' (Alvinella pompejana), a normal dweller of an extreme deep-sea environment: a synthesis of current knowledge and recent developments.
    https://www.academia.edu/53649739/Biology_and_ecology_of_the_Pompeii_worm_Alvinella_pompejana_Desbruy%C3%A8res_and_Laubier_a_normal_dweller_of_an_extreme_deep_sea_environment_A_synthesis_of_current_knowledge_and_recent_developments

Porque ser de color rojo está de moda

 Introducción

Un importante número de especies de primates han desarrollado colores faciales de tono rojo y se ha visto que estos colores están relacionado con la selección sexual (Summer y Mollon, 2003). Entonces, ante esto, se planteo la pregunta: ¿por qué este color y no otro? Por lo que se planteó la hipótesis de que esta coloración roja podría haber surgido debido a un sesgo sensoria (Morris y Fernandez, 2007).

Una de las especies que presenta una destacada coloración roja en el rostro es el cacajao (Cacajao calvus). Créditos de la imagen: Thiago Bicudo.

El color como algo más
La mayoría de los mamíferos son dicromáticos, pero ciertas especies de primates son tricromáticos. Al ser tricromáticos, estos primates pueden ver los colores rojos-anaranjados, lo que les permite identificar con mayor facilidad los frutos rojos-anaranjados y hojas rojas comestible con gran facilidad (Lucas et al., 1998), aunque no todas las especies de primates con visión tricromática prefieren frutos y hojas de color rojos (Lucas et al., 2003)

Para evaluar esta idea, se llevó a cabo un estudio filogenético en el que se superpusieron los datos sobre la visión del color y la coloración rojiza del pelaje o rostro en diferentes especies de primates. Esto permitió comparar si la visión tricromático apareció antes que la coloración roja en los machos, o si, por el contrario, la coloración roja en los machos apareció antes que la visión tricromática en las hembras, lo que implicaría que la preferencia por este rasgo no es un sesgo sensorial (Fernandez y Morris, 2007)

Visión del color y piel roja en primates. (A) Un árbol filogenético en el que se muestra la presencia de visión tricromática es ancestral para la mayoría de los linajes modernos. (B) Un árbol filogenético para la coloración de la piel roja. El grado que un gráfico circular está lleno de color negro indica la probabilidad de que la característica en cuestión estuviera presnete. Editado de Fernandez y Morris (2007).

Conclusión
El análisis filogenético mostro que, en la mayoría de los linajes estudiados, la visión tricromática surgió antes que la coloración roja masculina y que, además, es un rasgo ancestral en estos linajes. Por lo que, la predisposición de las hembras hacia los tonos rojos fue aprovechado por los machos como una señal sexual. Así que, por lo tanto, el origen de esta preferencia femenina se encuentra en la hipótesis del sesgo sensorial.

Bibliografía
  1. Sumner, P., & Mollon, J. D. (2003). Colors of primate pelage and skin: Objective assessment of conspicuousness.
  2. Fernandez, Andre & Morris, Molly. (2007). Sexual Selection and Trichromatic Color Vision in Primates: Statistical Support for the Preexisting‐Bias Hypothesis.
    https://www.researchgate.net/publication/5986606_Sexual_Selection_and_Trichromatic_Color_Vision_in_Primates_Statistical_Support_for_the_Preexisting-Bias_Hypothesis
  3. Lucas, P. W., Darvell, B. W., Lee, P. K. D., Yuen, T. D. B., & Choong, M. F. (1998). Colour cues for leaf food selection by long-tailed macaques (Macaca fascicularis) with a new suggestion for the evolution of trichromatic colour vision.
  4. Lucas, P. W., Dominy, N. J., Riba-Hernandez, P., Stoner, K. E., Yamashita, N., Loria-Calderon, E., Petersen-Pereira, W., Rojas-Duran, Y., Salas-Pena, R., Solis-Madrigal, S., Osorio, D., & Darvell, B. W. (2003). Evolution and function of routine trichromatic vision in primates.

Lo más visible es también lo menos conocido

 Introducción

Quizás la característica más destacada de un león, a parte de ser el único felino del mundo que vive en manada, es su melena, la cuál está presente únicamente en los machos. Pero, ¿por qué surgió esta melena? Desde un punto de vista evolutivo, se cree que los primeros leones no presentaban melena y estas formas persistieron en Europa y posiblemente en América hasta hace unos 10.000 años. La melena, tal como la conocemos hoy, parece haber evolucionado hace aproximadamente 320.000 y 190.000 años atrás, reemplazando gradualmente a la forma sin melena en África y Eurasia occidental (Yamaguchi et al., 2006). 

Posibles características externas de un león cavernario () macho. Extraído de Yamaguchi et al. (2006)

No obstante, esta idea podría ponerse en duda si consideramos que los leones en regiones frías desarrollan melenas más grandes, independientemente del tamaño de las manadas de hembras (Selous, 1908), aunque las pinturas rupestres y restos de entre 30.000 y 10.000 años no corroboran esta idea (Rousseau, 1971, 1974). Entonces, ¿qué condicionó el desarrollo de esta melena?

Lo visible destaca por ser visible
Como es de costumbre, Darwin intentó dar una explicación al origen de esta melena y supuso que podría ser un método de defensa frente a otros leones (Darwin, 1871). Esta idea, sorprendentemente, prevaleció durante bastante tiempo hasta que se propuso otra hipótesis: que la melena funcionara como una señal de calidad como pareja potencial (Schaller, 1972). Pero, ¿cuál es la hipótesis excluyente?

Los rasgos sexuales aumentan el éxito reproductivo del portado y esto puede darse de dos formas. La primera es a través de la atracción de las hembras por presentar características más "ornamentadas". La segunda forma es mediante la competencia entre machos, donde los rasgos sexuales promueven la competencia contra otros machos para acceder a las hembras.

Además de esto, al tratarse de un rasgo sexualmente dimorfico, que solo los machos desarrollan durante la pubertad, resulta evidente que cumple alguna función relacionada con la reproducción. Coincidiendo con el inicio de la madurez sexual y con la necesidad de los machos de establecerse dentro de la jerarquía de la manada y atraer parejas. Estos jóvenes leones tienden a formar coaliciones, lo que les permite monopolizar muchas hembras y esto genera una intensa competencia reproductiva. Dentro de estas coaliciones, los machos compiten tanto a nivel grupal como a nivel individual. A nivel grupal, las coaliciones más grandes suelen reproducirse con más éxito que las pequeñas, mientras que a nivel individual, cada macho debe de demostrar su capacidad para proteger y acceder a las hembras. En cuanto a la hipótesis de defensa de la melena, la evidencia empírica no la respalda, por lo tanto, la melena representa un rasgo que surgió por medio de la selección sexual.

En este sentido, la melena del león representa una señal honesta de calidad, dado que su color, longitud y densidad da información sobre el estado de salud del macho. Cuanto más oscura sea esta melena, mayores son los niveles de testosterona, reflejando mejor su condición física y su capacidad de competitividad. Elegir un macho con melena oscura significa que su descendencia heredará genes de calidad y asegura cierta protección frente a rivales y depredadores. Contrariamente, un macho con melena clara o escasa transmite señales de baja calidad, menor resistencia o vulnerabilidad (West y Packer, 2002).

Un macho con melena oscura. Imagen extraída de aquí.

De hecho, en un principio se pensaba que esta melena podría conllevar un riesgo de sobrecalentamiento, dificultando la disipación del calor en ambientes cálidos (West y Packer, 2002), pero realmente no existe diferencias de temperatura entre machos y hembras. En caso de cualquier posible efecto térmico, los animales buscan sombra, son más activos por la noche o consumen mayor cantidad de agua para favorecer al refrigeración evaporativa. Incluso, la melena podría funcionar como un escudo o aislante térmico, reduciendo la pérdida de calor cuando baja la temperatura y protegiendo al león del calor extremo (Trethowan et al., 2016).

Conclusión
Por lo que aquí está otro ejemplo en el que lo más visible resulta ser, paradójicamente, lo menos estudiado.

Bibliografía
  1. Yamaguchi, Nobuyuki & Cooper, Alan & Werdelin, Lars & Macdonald, David. (2006). Evolution of the mane and group-living in the lion (Panthera leo): A review.
    https://www.researchgate.net/publication/229481823_Evolution_of_the_mane_and_group-living_in_the_lion_Panthera_leo_A_review
  2. Selous, F. C. (1908). African nature notes and reminiscences.
  3. Rousseau, P. M. (1971). Hybrides lion × tiger et lion des cavernes.
  4. Rousseau, P. M. (1974). R´ecentes d´eterminations et r´efutationde ‘F´elins dans l’art pal´eolithique’.
  5. Darwin, C. 1871. The Descent of Man and Selection in Relation to Sex.
  6. Schaller, G. B. 1972. The Serengeti Lion: A Study of Predator-Prey Relations.
  7. West, P. M., and C. Packer. 2002. Sexual selection, temperature and the lion's mane.
    https://cbs.umn.edu/sites/cbs.umn.edu/files/migrated-files/downloads/Sexual_selection_temperature_and_the_lions_mane.pdf
  8. Trethowan, P., Fuller, A., Haw, A., Hart, T., Markham, A., Loveridge, A., Hetem, R., du Preez, B., & Macdonald, D. W. (2016). Getting to the core: Internal body temperatures help reveal the ecological function and thermal implications of the lions' mane.
    https://www.researchgate.net/publication/312234725_Getting_to_the_core_Internal_body_temperatures_help_reveal_the_ecological_function_and_thermal_implications_of_the_lions'_mane

Friday, September 12, 2025

Famoso como Nueva York, pero ni idea de su historia

 Introducción

Resulta imposible pensar en selección sexual sin que se nos venga a la mente el ejemplo de los pavos reales, ya que es uno de los mejores ejemplos para explicar este fenómeno. Los machos despliegan su cola para exhibirse frente a las hembras, pero qué es lo que motiva a la hembra a elegir a determinados machos?

Sí. No. Sí. No.
Los machos utilizan sus colas para formar un abanico formado por plumas ornamentales para exhibirlo antes las hembras, por lo que en un principio se planteo que estas plumas ornamentales podrían ser un buen indicador de la calidad genética y salud de un individuo (Petrie et al., 1991) y que el ángulo en el que se exhiben los ocelos durante el cortejo es más importante que el tamaño o la cantidad de ocelos (Dakin y Montgomerie, 2013).

Un macho de pavo real exhibiéndose. Créditos de la imagen: samilvus

Ahora bien, ¿y si realmente todos estos rasgos intervienen simultáneamente en la selección femenina? Pues esto es lo que propone la hipótesis de la señal redundante, la cual sostiene que las hembras evalúan un conjunto de características. De hecho, los argumentos que podría argumentar esta idea proviene de los estudios que demuestra que la ornamentación de la cola no siempre se correlaciona con el éxito reproductivo ni con la condición fisiológica de los machos (Takahashi et al., 2008) y que estos rasgos podría variar según las condiciones ecológicas (Loyau et al., 2008). Además, se ha observado que el traqueo de la cola y el aleteo de las alas durante las exhibiciones ayudan a mantener la atención de las hembras y refuerzan señal que transmite el macho (Yorzinski et al., 2013) 

Si además tenemos en cuenta que los machos se reúnen en leks, donde compiten por el estatus y las posiciones preferidas dentro del grupo, queda claro que la elección femenina no depende únicamente de un rasgo estático. Por el contrario, se trata de un conjunto de señales que participan conjuntamente en la elección de pareja por parte de la hembra (Loyau et al., 2005)

Conclusión
Así que resulta un poco paradójico que el animal que más utilizamos como ejemplo de selección sexual sea también el que menos comprendemos en cuanto a la evolución de su cola, aunque aquí he dado una línea argumentativa para defender el origen de su llamativa cola según la hipótesis de la señal redundante.

Bibliografía
  1. Petrie, Marion & TR, Halliday & Sanders, Carolyn. (1991). Peahens prefer peacocks with elaborate trains.
    https://www.researchgate.net/publication/243782601_Peahens_prefer_peacocks_with_elaborate_trains
  2. Dakin, Roslyn & Montgomerie, Robert. (2013). Eye for an eyespot: How iridescent plumage ocelli influence peacock mating success.
    https://www.researchgate.net/publication/270773858_Eye_for_an_eyespot_How_iridescent_plumage_ocelli_influence_peacock_mating_success
  3. Takahashi, Mariko & Arita, Hiroyuki & Hiraiwa-Hasegawa, Mariko & Hasegawa, Toshikazu. (2008). Peahens Do Not Prefer Peacocks with More Elaborate Trains.
    https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0003347207005301
  4. Loyau, Adeline & Petrie, Marion & Saint Jalme, Michel & Sorci, Gabriele. (2008). Do peahens not prefer peacocks with more elaborate trains?
    https://www.researchgate.net/publication/256654700_Do_peahens_not_prefer_peacocks_with_more_elaborate_trains
  5. Yorzinski, J. L., Patricelli, G. L., Babcock, J. S., Pearson, J. M., & Platt, M. L. (2013). Through their eyes: selective attention in peahens during courtship.
    https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC4074220/
  6. Loyau, Adeline & Saint Jalme, Michel & Cagniant, Cécile & Sorci, Gabriele. (2005). Multiple sexual advertisements honestly reflect health status in peacocks (Pavo cristatus).
    https://www.researchgate.net/publication/226084151_Multiple_sexual_advertisements_honestly_reflect_health_status_in_peacocks_Pavo_cristatus

El caso del oso polar

Introducción

En mi artículo sobre especiación mencioné el ejemplo del oso polar (Ursu maritimus) como un caso de especiación peripátrica, pero creo que sería interesante profundizar en este caso particular. Los naturalistas europeos reconocieron de inmediato que se trataba de una especie distinta. En 1773, el oficial británico Constantine John Phipps describió a los oso polares en un relato de un viaje al Ártico (Mulgrave, 1774).

En un principio, Phipps dedujo que se trataba de una especie distinta debido a su apariencia y comportamientos. Posteriormente, con la aparición de la teoría de la evolución de Darwin, los científicos comenzaron a preguntarse cómo este peculiar y único oso ártico había evolucionado. Lo que estaba claro  era que su pariente más cercano era el oso pardo. Ya que si observamos el rango biogeográfico de ambas especies, el oso polar rodea el Océano Ártico, llegando hasta las costas del norte de Norte Amércia, Asia y Groenlandia, mientras que los osos pardos ocupan un rango más amplio, extendiéndose desde el Ártico hasta latitudes templadas (Edwards et al., 2011).

Rango de distribución del oso polar y del oso pardo. El color azul representa el rango de distribución del oso polar y el rojo el del oso pardo, mientras que el color morado indica las áreas donde ambas especies coexisten.

La transición
Pero, ¿cuándo divergieron? Según los estudios moleculares, se ha propuesto un rango bastante amplio, entre los 5 millones y 600.000 años  (Hailer et al., 2012). No obstante, estas estimaciones son muy imprecisas. Años más tardes, con el secuenciamiento completo de genomas de osos pardos y polares de distintas regiones del mundo, se estimó que los oso polares divergieron entre 479.000 y 343.000 años, lo que indica una especiación relativamente reciente (Liu et al., 2014). Sin embargo, otros estudios sugieren fechas más recientes, superiores a 150.000 años y atribuyen estas diferencias a antiguos eventos de introgresión (Lan et al., 2022).

Lo que está claro es que, cerca de este rango de fechas, el planeta atravesaba un periodo cálido entre glaciaciones. Por aquel entonces, gran parte de Groenlandia estaba cubierta por un denso bosque boreal (Kjaer et al., 2022), lo que podría haber permitido que los osos pardos expandieran su rango hacia el norte, en regiones que hasta aquel entonces eran inhabitables. Inicialmente, las poblaciones boreales de osos pardos sobrevivía en latitudes más bajas, alimentándose de los recursos disponibles. Pero, cuando el clima cambio, los bosques árticos fueron reemplazados por tundras y capas de hielo y los osos pardos del norte quedaron aislados del resto de la especie y comenzaron a evolucionar en alopatría.

Reconstrucción artística del bosque boreal que habría existido en Groenlandia en aquella época. Créditos de la imagen: Beth Zaiken.

Bajo este nuevo escenario, los osos experimentaron una fuerte selección para una rápida divergencia en rasgos ecológicos, pasando de ser terrestre a estar especializados en la caza de mamíferos marinos. Esto podría explicar por qué ciertos rasgos surgieron de forma tan marcada en estos osos, como su metabolismo adaptado a una dieta rica en grasa, cambios en la función cardiovascular posiblemente asociada para nadar en aguas heladas y el pelaje blanco que les proporciona camuflaje (Liu et al., 2014).

Una vez que el grupo de osos pardos del norte divergió y se convirtió en osos polares, se expandieron rápidamente alrededor del Océano Ártico, con varias fluctuaciones en su rango de distribución: durante los periodos fríos su rango aumentaba y durante los periodos cálidos se reducía. Como consecuencia de estos cambios climáticos, los osos polares y los oso pardos podían volver a entrar en contacto, cruzándose desde su divergencia (Cahill et al., 2013), siendo el flujo genético bidireccional (Miller et al., 2012). De hecho, alguna vez se han encontrado híbridos entre ambas especies. Lo que a su vez también plantea otra pregunta interesante: ¿por qué no colapsaron las dos especies?

La explicación más plausible es que, aunque el flujo genético se producía en ambas direcciones, la mayoría de los alelos introducidos desde una especie eran eliminados por selección natural en la otra, ya que no resultaban adaptativos. Esto se corrobora con el hecho de que la mayoría de los alelos fijados en oso polares ya estaban presentes en individuos del Pleistoceno tardío, lo que indica que la selección natural actúo tempranamente sobre las variantes beneficiosas y que la introgresión posterior no logró desplazar esos genes (Sun et al., 2024).

Conclusión
Por lo que esto sería el origen evolutivo del único oso que vive en el Ártico. Supongo que siempre es interesante profundizar en algunos casos de especiación particulares.

Para publicaciones anteriores sobre otros casos de especiación, consulté...
-El caso del camarón pistola (Agosto, 2025)
-Especiación (Mayo, 2025)

Bibliografía
  1. Mulgrave, Baron Constantine John Phipps. 1774. A Voyage towards the North Pole Undertaken by His Majesty’s Command, 1773.
  2. Edwards, Ceiridwen & Suchard, M.A. & Lemey, Philippe & Welch, J.J. & Barnes, Ian & Fulton, Tara & Barnett, Ross & O'Connell, T.C. & Coxon, Peter & Monaghan, Nigel & Valdiosera, Cristina & Lorenzen, Eline & Willerslev, Eske & Baryshnikov, Gennady & Rambaut, A. & Thomas, Mark & Bradley, D.G. & Shapiro, Beth. (2011). Multiple hybridization events between ancient brown and polar bears and an Irish origin for the modern polar bear matriline.
    https://www.researchgate.net/publication/215653989_Multiple_hybridization_events_between_ancient_brown_and_polar_bears_and_an_Irish_origin_for_the_modern_polar_bear_matriline
  3. Hailer, F., Kutschera, V. E., Hallström, B. M., Klassert, D., Fain, S. R., Leonard, J. A., Arnason, U., & Janke, A. (2012). Nuclear genomic sequences reveal that polar bears are an old and distinct bear lineage.
    https://www.researchgate.net/publication/235242189_Nuclear_Genomic_Sequences_Reveal_that_Polar_Bears_Are_an_Old_and_Distinct_Bear_Lineage
  4. T. Lan,K. Leppälä,C. Tomlin,S.L. Talbot,G.K. Sage,S.D. Farley,R.T. Shideler,L. Bachmann,Ø. Wiig,V.A. Albert,J. Salojärvi,T. Mailund,D.I. Drautz-Moses,S.C. Schuster,L. Herrera-Estrella, & C. Lindqvist,  Insights into bear evolution from a Pleistocene polar bear genome.
    https://www.pnas.org/doi/full/10.1073/pnas.2200016119
  5. Kjær, Kurt & Pedersen, Mikkel & de Sanctis, Bianca & De Cahsan, Binia & Michelsen, Christian & Jelavić, Stanislav & Ruter, Anthony & Schmidt, Astrid & Kjeldsen, Kristian & Tesakov, Alexey & Snowball, Ian & Gosse, John & Alsos, Inger & Wang, Yucheng & Dockter, Christoph & Rasmussen, Magnus & Jørgensen, Morten & Willerslev, Eske. (2022). A 2-million-year-old ecosystem in Greenland uncovered by environmental DNA
    https://www.nature.com/articles/s41586-022-05453-y
  6. Liu, S., Lorenzen, E. D., Fumagalli, M., Li, B., Harris, K., Xiong, Z., Zhou, L., Korneliussen, T. S., Somel, M., Babbitt, C., Wray, G., Li, J., He, W., Wang, Z., Fu, W., Xiang, X., Morgan, C. C., Doherty, A., O'Connell, M. J., McInerney, J. O., … Wang, J. (2014). Population genomics reveal recent speciation and rapid evolutionary adaptation in polar bears.
    https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0092867414004887
  7. Cahill, J. A., Green, R. E., Fulton, T. L., Stiller, M., Jay, F., Ovsyanikov, N., Salamzade, R., St John, J., Stirling, I., Slatkin, M., & Shapiro, B. (2013). Genomic evidence for island population conversion resolves conflicting theories of polar bear evolution.
    https://journals.plos.org/plosgenetics/article?id=10.1371/journal.pgen.1003345
  8. Miller, W., Schuster, S. C., Welch, A. J., Ratan, A., Bedoya-Reina, O. C., Zhao, F., Kim, H. L., Burhans, R. C., Drautz, D. I., Wittekindt, N. E., Tomsho, L. P., Ibarra-Laclette, E., Herrera-Estrella, L., Peacock, E., Farley, S., Sage, G. K., Rode, K., Obbard, M., Montiel, R., Bachmann, L., … Lindqvist, C. (2012). Polar and brown bear genomes reveal ancient admixture and demographic footprints of past climate change.
    https://www.pnas.org/doi/full/10.1073/pnas.1210506109
  9. Sun, Yulin & Lorenzen, Eline & Westbury, Michael. (2024). Late Pleistocene polar bear genomes reveal the timing of allele fixation in key genes associated with Arctic adaptation.
    https://bmcgenomics.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12864-024-10617-3

Tuesday, September 9, 2025

¿Quién da más?

 Introducción

La selección sexual es la presión que surge cuando ciertos individuos dentro de una población tienen más éxitos que otros a la hora de conseguir pareja y producir descendencia, lo que conduce a un desarrollo de rasgos y conductas que incrementan las posibilidades de reproducirse. Según lo planteado por Trivers (1972), lo importante para la selección sexual es cómo se distribuye el éxito reproductivo entre los individuos de cada sexo.

¿La inversión influye en la selección?
En la mayoría de las especies, la varianza en el éxito reproductivo suele ser mayor en los machos. Esto se debe a que las hembras invierten más recursos en cada cría, dado que deben producir un óvulo, deben de pasar por el proceso de embarazo y posteriormente el cuidado parental, mientras que los machos simplemente producen una gran cantidad de espermatozoides y de bajo coste. Como consecuencia, algunos machos logran reproducirse con muchas hembras, mientras que otros no consiguen descendencia alguna. Esta desigualdad intensifica la selección sexual sobre los machos, favoreciendo la evolución de ornamentos llamativos, armas y comportamientos de competencia o cortejo. Un buen ejemplo de ello son los pavos reales (Pavo cristatus), en los que los machos no participan en el cuidado parental y algunos individuos logran mucho más éxito reproductivo que otros, lo que favorece la evolución de sus llamativas y coloridas colas.

Un pavo real (Pavo cristatus) exhibiéndose. Créditos de la imagen: samilvus

Sin embargo, existe especies que tienen roles invertidos, es decir, aquellas en las que los machos son quienes asumen la mayor inversión reproductiva, ya sea cargando los huevos, protegiendo la descendencia o ejerciendo la mayor parte del cuidado parental. En estos casos, la varianza reproductiva en el éxito reproductivo se desplaza hacia las hembras, que deben competir entre si para acceder a los machos cuidadores y que como resultado, la selección sexual es más intensa en las hembras, siendo ellas quienes desarrollan rasgos sexualmente extremos, como colores brillantes, agresividad o conductas de cortejo, mientras que los machos se vuelven más selectivos.

También existen especies en las que machos y hembras comparten de manera equitativa el cuidado parental. En estos casos, la varianza en el éxito reproductivo tiende a ser similar entre ambos sexos, por lo que la selección sexual no favorece el desarrollo de rasgos extremos ni de un dimorfismo sexual marcado. Esto explica por qué muchas aves marinas monógamas que presentan este patrón, en las que ambos progenitores crían juntos a sus polluelos, no muestren diferencias notables en su apariencia ni en su comportamiento.

Una pareja de pingüinos emperador (Aptenodytes forsteri) con su polluelo. Créditos de la imagen;  Martha de Jong-Lantink

Conclusión
Desde luego, todos estos casos de inversión parental y varianza en el éxito reproductivo son muy interesante, y existen algunos ejemplos de animales que creo que sería una buena idea tratar en el blog.

Bibliografía
  1. Trivers, R. L. (1972). Parental investment and sexual selection.

Monday, September 8, 2025

Piojos invisibles

 Introducción

Los pájaros, al igual que nosotros, tienen sus grandes complicaciones con un pequeño pero molesto ectoparásito: los piojos, los cuales se alimentan de sus plumas y piel, causando picazón, pérdida de plumaje y, en casos graves, afectar la capacidad de vuelo. Ante tal molestia, las aves recurren al acicalamiento, un comportamiento mediante el cual utilizan su pico para remover los piojos de su cuerpo y plumas, además de presentar ciertas adaptaciones en sus picos para facilitar la eliminación (Clayton et al., 2005).

Entonces, ante tal selección, se puede plantear la hipótesis de que el color de los piojos evoluciona en respuesta a la selección impuesta por acicalamiento, de manera que los piojos que se camuflan mejor en el plumaje del huésped tienen más probabilidades de sobrevivir y reproducirse, mientras que los que destacan por su color son eliminados más rápidamente (Bush et ., 2010).

Comprobación
Para verificar si esta hipótesis podría ser cierta, Bush et al. (2010) compararon 16 pares de piojos corporales estrechamente emparentados, cada uno infestando aves emparentadas con plumaje claro u oscuro. Cada par representaba un contraste evolutivo independiente, lo que permitía evaluar si las diferencias en color se debían a la selección natural por camuflaje y no a otros factores.

Por ejemplo, el piojo Neopsittaconirum albus, que vive en cacatúas blancas (Cacatua galerita), es de color blanco, mientras que Neopsittaconirums borgiolii, que infesta cacatúas negras (Calyptorhynchus funereus), es negro. Por lo tanto, ambos piojos están perfectamente camuflados en sus huespedes. 

Ejemplo de mimetismo con el fondo en piojos típicos de las plumas. El piojo de color claro, Neopsittaconirum albus, parasita a la cacatúa cresta amarilla (Cacatua galerita) (A). El piojo de color oscuro, Neopsittaconirum borgiolii, parasita a la cacatúa negra de cola amarilla (Calyptorhynchus funereus) (B). Extraído de Bush et al. (2010)

Aún así, para confirmar estas diferencias, los investigadores fotografiaron a los piojos y midieron su luminosidad mediante un software especializado. Los resultados mostraron que, en promedio, los piojos de aves claras eran significativamente más claros que los de las aves oscuras, lo que respalda la hipótesis de que la selección por camuflaje actúa sobre estas especies.

Conclusión
No obstante, no todos los piojos están igualmente expuestos al acicalamiento. Los piojos de la cabeza viven en zonas más difíciles de alcanzar para el pico del ave, por ello, al comparar 10 pares de especies de piojos de cabeza, no se encontraron diferencias significativas en el color entre aves claras y oscuras. Lo que demuestra que la intensidad de la selección depende de la vulnerabilidad del individuo (Bush et al., 2010). Asimismo, aquí también se refleja el principio de que, si no hay presión selectiva, no hay motivo para evolucionar, y que los parásitos, sorprendentemente, también pueden llegar a desarrollar el mimetismo críptico

Bibliografía
  1. Clayton, D. H., S. E. Bush, et al. 2003. Host defense reinforces host–parasite cospe ciation.
    https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2533751100#abstract
  2. Bush, S. E., D. Kim, et al. 2010. Evolution of cryptic coloration in ectoparasites.
    https://phthiraptera.myspecies.info/sites/phthiraptera.info/files/94559.pdf

El origen de los tetrápodos en un universo paralelo

 Introducción

La transición de mar a tierra constituyo uno de los mayores desafios para el origen de los tetrápodos. Dado que adaptarse a un ambiente terrestre implica una reformulación de la fisiología, los organismos debían de enfrentar retos simultáneos como, respirar aire en lugar de agua, mantener la hidratación, soportar la gravedad y moverse eficientemente sobre superficies sólidas, entre otras complicaciones.

Lo sorprendente es que los peces bléndidos constituyen un ejemplo contemporáneo de cómo pueden evolucionar estas adaptaciones de manera gradual (sí, nada se forma de manera espontánea), pasando de un medio completamente acuático a uno totalmente terrestre.

Un buen modelo
Durante su fase larvaria, todo los bléndidos viven en el planctón marino. Pero, algunas especies abandonan el océano al desarrollarse trasladándose a zonas supralitorales. Allí, los bléndidos terrestres, como Alticus arnoldorum desarrollan toda su vida en tierra. Otros como Praealticus labrovittatus presentan hábitos anfibios: se alimentan en tierra durante la marea baja y regresan al agua cuando se sienten amenazados. Por el contrario, Blenniella gibbifrons, considerado acuático, solo se aventura en tierra sobre las rocas expuestas entre el oleaje (Bhikajee y Green, 2002; Bhikajee et al., 2006).

De izquierda a derecha: Alticus arnoldorum, Praealticus labrovittatus y Blenniella gibbifrons. Créditos de la imagen, en el mismo sentido: Courtney Morgans, Cricket Raspet y Marcelo Rojas Gonzáles.

En cuanto a la locomoción, los bléndidos acuáticos que salen del agua  enrollan la cola hacia la cabeza y se impulsan hacia el aire, pero sus movimientos son descoordinados. Mientras que los bléndidos anfibios realizan un salto más controlado, enrollando la cola e impulsándose hacia adelante de manera dirigida. Por último, los bléndidos terrestres, enrollan la cola y se giran para presionar su aleta caudal contra el suelo, lo que les permite impulsarse hasta recorrer tres longitudes corporales en un solo salto (Heish, 2010).

Además de esta curiosa locomoción, los bléndidos terrestres respiran aire por las branquias como por la piel (Martin y Lighton, 1989; Brown et al., 1992), pueden trepar superficies verticales e incluso desplazarse a velocidades superiores a 1,5 metros por segundo. Así pues, todo este conjunto de habilidades les permite buscar alimento, defender el territorio y reproducirse completamente fuera del agua, diferenciándose claramente de sus parientes anfibios y acuáticos (Bhikajee y Green, 2002; Bhikajee et al., 2006).

Conclusión
Por lo tanto, Praealticus labrovittatus representa la forma transcional viviente entre los bléndidos acuáticos y los terrestres, ya que combina característica de ambos grupos. Esto no significa que sea un descendiente directo de los acuáticos ni ancestro de los terrestres. Más bien, la distribución de rasgos indica que todas derivan de un ancestro común acuático. En algún momento, esa línea ancestral se dividió, dando lugar a una rama que permaneció acuática, otra desarrollo rasgos anfibios y finalmente la línea terrestre adquirió adaptaciones adicionales que le permitieron vivir completamente fuera del agua.

Filogenia simplificada de Heish (2010) que representa los estadios transicionales de los peces bléndidos, desde un organismo acuático hasta uno terrestre. Creado por Ciencia Verde.

Además, esto también evidencia que todo proceso evolutivo corurre de manera gradual. No existen saltos instantáneos hacia nuevas adaptaciones, sino que los rasgos novedosos se desarrollan gradualmente, que porporcionan una ventaja funcional que aumenta la supervivencia y el éxito reproductivo del individuo.

Quizás, dentro de poco, me dé por hacer una comparación y una analogía bastante interesante entre Richard Dawkins y Stephen Jay Gould, dos almas diametralmente opuestas en cuanto a su manera de pensar se refiere.

Para publicaciones anteriores sobre micro, macroevolución y el origen de los tetrápodos, consulté...

Bibliografía
  1. Hsieh, S. T. 2010. A locomotor innovation enables water–land transition in a marine fish.
    https://www.researchgate.net/publication/44807258_A_Locomotor_Innovation_Enables_Water-Land_Transition_in_a_Marine_Fish
  2. Martin, K. L. M., and J. R. B. Lighton. 1989. Aerial CO2 and O2 exchange during terrestrial activity in an amphibious fish, Alticus kirki (Blenniidae).
    https://link.springer.com/article/10.1007/BF00000594
  3. Brown, C. R., M. S. Gordon, and K. L. M. Martin. 1992. Aerial and aquatic oxygen uptake in the amphibious Red Sea rockskipper fish, Alticus kirki (Family Blenniidae).
    https://www.researchgate.net/publication/274914738_Aerial_and_Aquatic_Oxygen_Uptake_in_the_Amphibious_Red_Sea_Rockskipper_Fish_Alticus_kirki_Family_Blenniidae
  4. Bhikajee, M., and J. M. Green. 2002. Behaviour and habitat of the Indian Ocean amphibious blenny, Alticus monochrus.
    https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/15627020.2002.11657177
  5. Bhikajee, M., J. M. Green, and R. Dunbrack. 2006. Life history charac teristics of Alticus monochrus, a supratidal blenny of the southern Indian Ocean.
    https://www.researchgate.net/publication/232670290_Life_history_characteristics_of_Alticus_monochrus_a_supratidal_blenny_of_the_southern_Indian_Ocean