Introducción
Bueno, tras ponerme a revisar los diferentes tipos de sistemas bioclimáticos que se pueden encontrar en Canarias, resulta evidente que las islas presentan una gran diversidad de microclimas, y uno que me ha llamado bastante la atención es la laurisilva. Esta se encuentra principalmente en La Gomera, La Palma y Tenerife, representando el sistema bioclimático más húmedo de las islas, con el mayor porcentaje de materia orgánica en los suelos. Entonces, ¿sería posible que alguna especie de onicóforo haya llegado hasta ahí?
Pero claro, ¿qué es un onicóforo? Un onicóforo es un invertebrado que constituye su propio filo y que se caracteriza por presentar un cuerpo blando, segmentado y cubierto por una cutícula húmeda, además de patas lobuladas y tener la sorprendente capacidad de expulsar chorros de mucosidad para atrapar a sus presas, principalmente pequeños invertebrados. Son animales estrictamente terrestres y muy sensibles a la desecación, ya que no poseen tráqueas cerrables, y por tanto, pierden humedad rápidamente.
| Un onicóforo, concretamente de la especie Leucopatus anophthalmus. Créditos de la imagen: Gonzalo Giribet. |
De hecho, este gran problema ha sido la causa de su restringida distribución hacia climas tropicales y subtropicales, así como del desarrollo de una mayor actividad nocturna para minimizar la pérdida de agua. Asimismo, su distribución actual también está estrechamente relacionada con la historia geológica de Gondwana, ya que que la mayoría de los onicóforos se encuentran en regiones que formaron parte de este antiguo supercontinente, como Sudamérica, Australia, África austral y ciertas parte de Asia.
Amo las teorías
No obstante, sabiendo que durante el Mioceno, el norte de África era mucho más verde y húmedo que el actual (Michaels et al., 2009), cabría la remota posibilidad de que las especies africanas actuales estuvieran mucho más extendidas de su rango actual y que, de manera extraordinaria, por medio de la dispersión de balsas de vegetación flotante, pudieran haber llegado a Canarias. Por ejemplo, en galápagos se ha registrado la presencia de 3 especies de onicóforos, siendo una introducida, mientras que las otras dos llegaron de manera natural a la isla. De hecho, una de estas especies todavía se desconoce si realmente se trata de una nueva especie o incluso de un nuevo género, ya que los análisis genéticos muestran que esta población tiene un origen ecuatoriano/colombiano, siendo su pariente más cercano una especie del género Epiperipatus, pero haría falta más estudios para demostrar si realmente es una nueva especie o un nuevo género (Espinosa et al., 2015).
A pesar de que el ejemplo de Galápagos demuestra que, en teoría, la dispersión flotante podría permitir que los onicóforos pudieran llegar a nuevas islas, lo cierto es que este proceso es extremadamente complicado. A parte de ser muy sensible a la desecación, otro gran problema es el contacto con la salinidad del agua del mar, dado que resulta tóxica para ellos.
Sumado a esto, Raúl (un biólogo amigo) también señaló que, si ya hubiera estado presentes, probablemente ya se habrían detectado mediante trampas o muestreo activo, y que, en todo caso, hipotéticamente hablando, el lugar más factible donde podría encontrarse sería en algún tubo volcánico antiguo de Fuerteventura, tanto por la cercanía de la isla al continente africano como por las condiciones de humedad que suelen mantenerse estables en el interior de las cuevas, actuando como un refugio climático que permita la existencia de estas especies. Un caso que me presentó Raúl fue el del opilión de la Cueva del Llano (Maioreus randoi), una especie cuyos ancestros africanos llegaron en algún momento a Fuerteventura hace miles o millones de años. Una vez en la isla, el aislamiento geográfico y las condiciones áridas favorecieron que la especie se refugiara en cuevas y tubos volcánicos (Rambla, 1993), convirtiéndose en un endemismo insular a través de un proceso de anagénesis, erróneamente llamado "paleoendemismo". (Tema del que hablaré próximamente en el blog).
Conclusión
Hasta aquí la posible existencia de onicóforos en Canarias. No deja de ser complicado, pero a veces lo improbable se vuelve probable (véase Cuando lo improbable se vuelve probable). Quizás, el mejor ejemplo de esto sea el caso de galápagos. Por eso, supongo que habría que seguir buscando, independientemente de si finalmente se encuentra o no. Tal y como decía Carl Sagan, "La ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia".
Bibliografía
- Micheels, Arne & Eronen, Jussi & Mosbrugger, Volker. (2009). The Late Miocene climate response to a modern Sahara desert.
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0921818109000526 - Espinasa, Luis & Garvey, Radha & Espinasa, Jordi & Fratto, Christina & Taylor, Steven & Toulkeridis, Theofilos & Addison, Aaron. (2015). Cave dwelling Onychophora from a Lava Tube in the Galapagos Cave dwelling Onychophora from a Lava Tube in the Galapagos.
https://www.researchgate.net/publication/273059765_Cave_dwelling_Onychophora_from_a_Lava_Tube_in_the_Galapagos_Cave_dwelling_Onychophora_from_a_Lava_Tube_in_the_Galapagos - M. Rambla (1993). Maiorerus randoi n. gen n. sp., The first laniatorid from a Canary Island cave (Opiliones, Phalangodidae)
https://mndi.museunacional.ufrj.br/aracnologia/pdfliteratura/Rambla/Rambla%201993%20Maiorerus.pdf