Introducción
Seguramente, cuando piensas en algo que sea capaz de renacer de sus propias cenizas, lo primero que se te pasa por la cabeza es la famosa divinidad mitológica griega, el ave fénix. Una divinidad mitológica que ha sido adoptada en múltiples ocasiones por diferentes culturas, como la egipcia, la romana, la china y diversas tradiciones del Medio Oriente, donde siempre ha representado la regeneración. Según la leyenda, el fénix tiene una vida extraordinariamente larga y, al final de su ciclo de vida, se consume en llamas para renacer de sus propias cenizas.
¿La realidad supera a la ficción?
Aunque parezca algo muy sorprendente, en cierto modo, esta leyenda es parcialmente real, por lo menos en lo que se refiere a las plantas. En muchos ecosistemas, especialmente aquellos propensos a incendios frecuentes, algunas especies han desarrollado rasgos que, paradójicamente, aumentan la inflamabilidad de su entorno como la retención de ramas secas, hojas o acículas con un alto contenido en aceite y estructuras que facilitan la propagación del fuego. A pesar de que se trate de variaciones naturales de la especie, estos rasgos modifican activamente el ambiente, un fenómeno conocido como construcción de nicho, que hace que los incendios sean más comunes y severos y, al mismo tiempo, genera nuevas condiciones selectivas para la propia especie.
En estas condiciones, la selección natural favorece aquellas plantas que poseen mecanismos de regeneración post-incendios, como la liberación de semillas inducidas por el calor (serotinia) o el rebrote a partir de raíces pequeñas y yemas protegidas. Esto crea un ciclo en el que los rasgos que aumentan la inflamabilidad y los rasgos regenerativos coevolucionan. Siendo el mejor ejemplo de esto, las especies pertenecientes al género Pinus (Schwilk y Ackerly, 2001). Concretamente, el pino canario (Pinus canariensis) es la especie más resistente al fuego, por lo que es probable que su gran capacidad de resistencia haya sido fruto de este proceso de selección natural, así como de las condiciones ambientales en las que vive esta especie (islas con una importante actividad volcánica).
| Fotografía en la que se aprecia, una vez más, la sorprendente resistencia de esta especie frente a los incendios. Créditos de la imagen: Ciencia Verde. |
Conclusión
Y, por supuesto, todo esto hace que el pino canario sea una especie sumamente interesante de estudiar. De hecho, recientemente, gente con una hábil vista se ha dado cuenta de lo poco que se ha estudiado su genética en relación con los genes asociados a sus adaptaciones post-incendios, así que seguramente no tardaremos muchos en tener nuevas noticias sobre este resistente pino.
Bibliografía
- Schwilk, Dylan & Ackerly, David. (2001). Flammability and serotiny as strategies: Correlated evolution in pines.
https://www.semanticscholar.org/paper/Flammability-and-serotiny-as-strategies%3A-correlated-Schwilk-Ackerly/9327b42feb3f3e29d286a2280a21fc6e08d25dcc
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