Introducción
De manera general, los depredadores tienen bajas tasa de éxito cuando cazan a sus presas, y bueno, en cierto modo esto se podría explicar por el hecho de que la selección natural favorece el desarrollo de métodos de defensas en las presas, lo que dificulta su captura. Pero, ¿y si la selección natural contribuyera también a que los depredadores, por sí mismos, tengan una baja tasa de éxito?
La paradoja
Para poder responder esta paradójica pregunta, imaginemos un escenario hipotético con dos especies de depredadores: una con una alta tasa de éxito (captura un mayor número de presas por cada intento) y otra con una baja tasa de éxito (captura un menor número de presas por cada intento). Las consecuencias en ambos escenarios son bastante evidentes.
En el primer escenario, el depredador con alta tasa de éxito captura prácticamente todas las presas que intenta, sin importar la edad o el estado de salud. Inicialmente, esto puede parecer ventajoso ya que el depredador asegura su alimento y el gasto energético por intento de caza es bajo. Sin embargo, este comportamiento tan extremo lleva a la caída drástica de la población de presa, provocando la escasez de alimento, y por ende su propia extinción.
Por otro lado, la especie de depredador con baja tasa de éxito tiene una mayor dificultad para cazar a sus presas. Cada intento de caza requiere un gasto considerable de energía, y mucho de sus intentos terminan en fracaso. Sin embargo, debido a la heterogeneidad de la población de presas, algunos individuos son más vulnerables por factores como la edad o las enfermedades, lo que permite que estos depredadores logren capturar presas de manera ocasional. En este escenario, la población de depredadores no crecería de manera exponencial debida a su baja tasa de éxito, evitando la sobreexplotación de las presas. Esto permitiría que los recursos se mantengan estables a lo largo del tiempo, y permitiría la continuidad de ambas poblaciones (tanto como de depredadores como de presas)
Esto no quiere decir que la baja tasa de éxito sea un rasgo diseñado con un propósito consciente, sino que es una consecuencia de las limitaciones físicas, energéticas y selectivas.
Conclusión
Desde luego, esto no se limita a un planteamiento puramente teórico, creo que también representa una explicación complementaria y alternativa a las carreras coevolutivas antagónica. Si no me equivoco, existía una página web donde se podrían realizar simulaciones de este tipo de modelos teóricos. En caso de que en encuentre el nombre de la página (y si también logro hacer bien el experimento), publicaré un post para evaluar si mi hipótesis puede ser correcta o no Aunque, teóricamente, debería de ser posible.
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