Friday, June 27, 2025

El papel de un ser vivo

Introducción
Todo los organismos tienen un papel en  los ecosistemas, hasta el insoportable mosquito que viene a molestar por la noches, cumple con una función importante.

¿Qué es el nicho ecológico?
Según lo definió Hutchinson (1975) "El hipervolumen de n dimensiones dentro del cual la especie puede mantener una población viable". Sí, un poco rara la definición, pero se refiere a todo los requisitos multidimensionales de una especie, es decir, todo aquellos factores que determinan la existencia de esa especie (por ejemplo, temperatura, alimentación, depredadores...) y cómo puede vivir sin desaparecer.

Todo ese conjunto de condiciones es lo que se conoce como nicho ecológico, y no se trata solo del lugar de donde viven, sino del papel que desempeña dentro de un ecosistema. Pero ojo, un conjunto de especies puede llegar a parecer que ocupa un mismo nicho ecológico, pero realmente no es así.

Un ejemplo bastante interesante, desde mi punto de vista, es el caso de los piojos. A simple vista, podríamos pensar que todos los piojos hacen lo mismo: se alimentan de sangre, piel o secreciones del hospedador. Pero no, en realidad están altamente especializados y ocupan nichos ecológicos diferente, incluso dentro de un mismo individuo.

En las tortolas (Zenaida macroura), por ejemplo, viven dos especies distintas de piojo. Physconelloides zenaidurae, un piojo de cuerpo ovalado, que se localiza en la zona del abdomen, donde se alimenta de las partes más suaves y plumosas de las plumas. Mientras que, Columba macrourae, otro piojo con el cuerpo alargado, habita en las alas y la cola, zonas con plumas demasiado gruesas para alimentarse directamente. Aunque pueden bajar al abdomen para alimentarse de las mismas partes plumosas, pero su forma corporal, su microhábitat y su modo de desplazarse hace que ambos ocupen nichos ecológicos diferentes (Clayton y Johnson, 2003). Entonces ante esto, surge la siguiente pregunta:

Dos especies distintas de piojos que viven en distintas partes del cuerpo de la tórtola: a la izquierda Physconelloides zenaidurae, y a la derecha Columba macrourae. La imagen de Physconelloides zenaidurae ha sido editada por Ciencia Verde, la original ha sido extraída de aquí y la imagen de Columba macrourae extraída de aquí.


¿Pueden dos especies compartir un mismo nicho ecológico?

La respuesta es simple y sencilla, no o por lo menos no de una forma estable. Según el principio de exclusión competitiva, si dos especies ocupan exactamente el mismo nicho, ambas competirán por los mismos recursos y, como consecuencia, una de ellas terminará desplazando a la otra (Hardin, 1960). Aunque esto no quiere decir que la especie que "pierda" vaya a extinguirse, ya que puede producirse un desplazamiento de carácter que le permita ocupar otro nicho ecológico (para entender mejor el concepto de desplazamiento de carácter, véase Extinción y radiación adaptativa).

De hecho, este mismo principio es el que está detrás del potencial riesgo de las especies invasoras. Estas no son más que especies con nichos ecológicos muy similares (además de ser altamente adaptables) a los de las especies nativa. Cuando ambas especies convergen en un mismo hábitat, las invasoras suelen desplazar a las especies locales, ya que suelen ser mejores competidoras. Pero también puede ocurrir lo contrario: que las especies autóctonas resulten ser más eficaces en la competencia por los recursos, impidiendo así que la especie exótica prospere en ese nuevo ecosistema

Cuando es tablas
No obstante, no siempre hay competición. La hipótesis de la equivalencia funcional de Hubbell postula que, si dos especies tienen funciones ecológicas equivalentes y ocupan nichos muy similares, entonces su coexistencia puede mantenerse, dado que ninguna de ellas tiene una ventaja competitiva sobre la otra (Hubbell, 2005).

Por ejemplo, la planta Hormathophylla spinosa tiene flores con una forma especial que hace que varios tipos de polinizadores se comporten de una manera muy similar, pese a no estar emparentados. Desde el punto de vista de la planta, todos esos polinizadores son funcionalmente equivalentes, ya que cualquiera de ellos puede ayudar a la planta a reproducirse de manera exitosa (Zamora, 2000)

Hormathophylla spinosa. Créditos de la imagen: Ahmed Ouhammou,

Al final, todo depende del grado de solapamiento en los nichos ecológicos de las especies y de las interacciones que establecen entre ellas. Si la competencia es muy intensa y no existe ninguna diferencia que permita una partición del nicho, la exclusión (y su posible extinción) es inevitable.

Nicho fundamental y nicho efectivo no es lo mismo
Antes que se me olvide, no se debe de confundir el nicho fundamental y el nicho efectivo de una especie. El nicho fundamental representa toda las condiciones bajo las cuales una especie podría sobrevivir y reproducirse si no tuviera competencia. Mientras que, el nicho efectivo, es el que indica las interacciones ecológicas interespecífica, como podría ser la competencia, el mutualismo o la depredación.

Cada especie presenta ciertas tolerancias fisiológicas a factores abióticos, que determinan donde pueden vivir (Shelford, 1931). Cada uno de esos factores tiene un rango óptimo en el que la especie será más abundante. Fuera de este rango óptimo, existen zonas de estrés donde la especie puede sobrevivir experimenta dificultades fisiológicas y será menos común. Más allá de esas zonas de estrés se encuentran las zonas de intolerancia, condiciones que la especie no puede tolerar y, por ende, no se encontrará.

Pero también, las interacciones entre especies (nicho efectivo) pueden limitar la presencia de la especie, incluso si las condiciones abióticas son adecuadas. No obstante, también puede ocurrir lo contrario y que dichas interacciones amplíen el nicho efectivo. Quizás el mejor ejemplo de esto sea el mutualismo, como ocurre en la asociación simbiótica entre un hongo y una planta, que permite a la planta acceder con mayor facilidad a los nutrientes del suelo.

Conclusión
Pues esto es todo. No existe ningún ser vivo por al arte, cada organismo tiene su respectiva historia evolutiva y su nicho ecológico. No existen los seres vivos inútiles y mucho menos aún deberíamos considerar que ciertos organismos merecen extinguirse simplemente porque, culturalmente, los humanos los hemos catalogado como "asquerosos" o "feos". Un punto de vista bastante antropocéntrico que deberíamos de cuestionar y dejar atrás.

Bibliografía
  1. Hutchinson, G.E. 1957. Concluding remarks-Cold Spring Harbor Symposia on Quantitative Biology.
    https://people.uncw.edu/borretts/courses/BIO602/Hutchinson%201957%20Concluding%20Remarks.pdf
  2. Clayton, D. H., & Johnson, K. P. (2003). Linking coevolutionary history to ecological process: doves and lice. Evolution
    https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/14628921/
  3. Garrett Hardin (1960). The competitive exclusion principle
    https://web.archive.org/web/20171117235048/http://www.esf.edu/efb/schulz/seminars/hardin.pdf
  4. Hubbell, Stephen. (2005). Neutral theory in community ecology and the hypothesis of functional equivalence.
    https://besjournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/j.0269-8463.2005.00965.x
  5. Zamora, Regino. (2000). Functional equivalence in plant-animal interactions: Ecological and evolutionary consequences.
    https://www.researchgate.net/publication/248823091_Functional_equivalence_in_plant-animal_interactions_Ecological_and_evolutionary_consequences
  6. Shelford, V. E.  (1931). Some Concepts of Bioecology
    https://www.jstor.org/stable/1928991?seq=1

No comments:

Post a Comment