Sunday, November 23, 2025

La imponente águila de Haast

 Introducción

La verdad, es que mis conocimientos sobre cualquier tipo de ave rapaz son bastante escasos, aunque, paradójicamente, me dedique a estudiar dinosaurios. Supongo que por algo se empieza. Aun así, las rapaces siempre me han parecido un grupo fascinante. Entre ellas, el águila de Haast, una especie nativa de Nueva Zelanda, ha sido una de las que más me ha llamado la atención.

Una representación algo antigua pero bastante representativa de esta especie. Créditos del a imagen: John Megahan.

Un águila convertida en león
Nueva Zelanda ha sido un paraíso en cuanto a evolución se refiere, dado a su diversa topografía y su prolongado aislamiento físico de Australia y otros continentes del Hemisferio Sur. Sin duda alguna, la ausencia de nuestros parientes mamíferos fue un factor clave que contribuyó en la extraordinaria diversificación de aves incapaces de volar, como los moas gigantes que llegaron a alcanzar tamaños gigantesco y ocupar nichos ecológicos que en otros lugares corresponderían a grandes mamíferos.

Ante tal contexto, el águila de Haast evolucionó para convertirse en el depredador ápice de su ecosistema especializándose en la predación de moas adultas (Brathwaite, 1992). Aunque a pesar de su papel como depredador apice, su pico se asemejaba más al del cóndor andino (Vultru gryphus) que al de otras águilas, así como la presencia de una cabeza parcialmente calva  (van Heteren et al., 2021), lo que indica que, además de su papel de depredador ápice, también podría tener un papel como carroñero.

Curiosamente, hasta hace no mucho se pensaba que estaba emparentada con otras grandes águilas de Australia, como el águila audax (Aquila audax), una especie ligeramente más pequeña pero también de gran tamaño y, dada su cercanía biogeográfica, representaba un potencial candidato para ser considerada su pariente más cercano. Pero no, resulta que los primeros parientes más cercanos del águila de Haast no eran otras águilas gigantes, sino dos especies mucho más pequeñas: la aguililla australiana (Hieraetus morphnoides) y la aguililla calzada (Hieraeetus pennatus) (Bunce et al., 2005) estando más estrechamente emparentada con la aguililla australiana (Knapp et al., 2019). Como consecuencia de este sorprendente giro de los acontecimientos, el águila de Haast fue renombrada como Hieraaetus moorei.

Conclusión
Contrariamente a lo que representó el águila de Haast, los miembros actuales de su género se caracterizan por ser una de las águilas más pequeñas del mundo. Así, en lugar de haber evolucionado a partir de un ancestro de gran tamaño, el águila de Haast evolucionó a partir de un ancestro común del aguililla australiana que llegó a Nueva Zelanda y divergió en un período relativamente reciente, alrededor de 700.000 a 1 millón de años.

Bibliografía
  1. D. H. BRATHWAITE (1992). Notes on the weight, flying ability, habitat, and prey of Haat´s Eagle
  2. van Heteren, Anneke & Wroe, Stephen & Tsang, Leah & Mitchell, D. & Ross, P. & Ledogar, Justin & Attard, Marie & Sustaita, D. & Clausen, P. & Scofield, Paul & Sansalone, Gabriele. (2021). New Zealand's extinct giant raptor ( Hieraaetus moorei ) killed like an eagle, ate like a condor.
    https://royalsocietypublishing.org/doi/10.1098/rspb.2021.1913
  3. Bunce, Michael & Szulkin, Marta & Lerner, Heather & Barnes, Ian & Shapiro, Beth & Cooper, Alan & Holdaway, Richard. (2005). Ancient DNA Provides New Insights into the Evolutionary History of New Zealand's Extinct Giant Eagle.
    https://www.researchgate.net/publication/8071605_Ancient_DNA_Provides_New_Insights_into_the_Evolutionary_History_of_New_Zealand's_Extinct_Giant_Eagle
  4. Knapp, Michael & Thomas, Jessica & Haile, James & Prost, Stefan & Ho, Simon & Dussex, Nicolas & Cameron-Christie, Sophia & Kardailsky, Olga & Barnett, Ross & Bunce, Michael & Gilbert, M. & Scofield, Paul. (2019). Mitogenomic evidence of close relationships between New Zealand’s extinct giant raptors and small-sized Australian sister-taxa.
    https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1055790318306328

Thursday, November 20, 2025

Una respuesta a Longrich

 Introducción

Como usualmente me dedico a leer blogs de habla anglosajona (mayoritariamente). Recientemente he leído algunos posts del paleontólogo británico Nick Longrich y uno de los que más me ha llamado la atención ha sido Sierraceratops, un nuevo dinosaurios con cuernos de Nuevo México, y el endemismo de los dinosaurios: ¿por qué los dinosaurios gigantes tienen áreas de distribución geográfica pequeñas? Así que una vez más, me dispongo de Google Schoolar y de mis horas de redacción.

¿El inicio de un debate?
Longrich en esa publicación defiende que la competencia entre especies fue el motivo principal de su gran diversificación de las especies de dinosaurios y de sus áreas de distribución relativamente pequeñas. Según él, más que las barreras geográficas, el clima o la vegetación, fueron los propios dinosaurios al ocupar nichos y defender territorios los que limitaron la dispersión de nuevas especies hacia regiones ya "saturadas" ecológicamente. Como consecuencia, esto habría generado fuerte patrones de endemicidad, con linajes que evolucionaban de manera independiente incluso a distancias relativamente cortas. Cada región mantenía sus propias comunidades ecológicas bien establecidas, difíciles de reemplazar por especies externas. Solo cuando estas comunidades sufrían algún tipo de perturbación importante aparecerían nuevas oportunidades para que los nuevos dinosaurios pudieran colonizar estos territorios.

Pero realmente creo que la subestimación de los factores ambientales podrían ser el sesgo de esta publicación. El primero y más evidente es que el registro fósil está terriblemente incompleto, por lo que es posible que algunas especies hayan coexistido sin que tengamos evidencia de su presencia en determinadas regiones, simplemente porque no se han fosilizado o porque ciertas áreas han sido más propensas al desarrollo de excavaciones paleontológicas que otras. 

En cuanto a los factores ambientales que podrían explicar su gran diversificación, es posible que determinadas barreras geográficas como la separación por montañas no fueran tan efectivas como la separación por un mar. De hecho, seguramente aquellas regiones realmente aisladas por agua, como los archipiélagos, sí ofrecerían un escenario potencialmente plausible para la endemicidad de numerosas especies de dinosaurios. Como podría ser el caso de los dinosaurios de la isla de Hateg, que evolucionaron de manera insular y experimentaron el enanismo insular, como Magyarosaurus (saurópodo) y Telmatosaurus (ornitópodo) (Benton et al., 2010).

Una de las pocas escenas en las que aparece Telmatosaurus en el episodio 7 de la segunda temporada de Prehistoric Planet. Créditos de la imagen: Appel TV+

Pero, ¿qué hay de los continentes? Pues, bueno, si utilizamos el mismo ejemplo que utilizó Longrich (Norteamérica), lo cierto es que es que la provincialidad estuvo condicionada por la temperatura durante el Cretácico tardío más que por las barreras geográficas, aunque estas últimas sí tuvieron un papel secundario (Flynn et al., 2025). Quizás, una de las mejores evidencias que corroboran esta idea, sea la distribución de la vegetación a lo largo de Norte América. 

A escala latitudinal, Norteamérica presentaba un gradiente climático muy marcado. En el sur predominaban bosques cálidos y relativamente húmedos, con precipitaciones moderadas durante todo el año. Hacia latitudes medias, la vegetación se encontraban en climas más templados, con estaciones más marcadas y variaciones de temperatura a lo largo del año y los bosques eran más abiertos, con árboles medianos y arbustos. Finalmente, hacia el norte, a partir de los 65ºN, correspondiente a lo que hoy sería la región subártica donde predominaban bosques caducifólios (Wolfe y Upchurch, 1987). Hecho que también se ve reforzada por los registros de paleosuelos de la formación McRae en Nuevo México, así como por los troncos petrificados de gran tamaño que indican condiciones húmedas a subhúmedas y que a finales de Cretácico esta zona comenzó a experimentar un aumento de aridez y estacionalidad (Buck y Mack, 1995).

Sin embargo, Longrich emplea el argumento de que, como ciertas especies de dinosaurios provenientes de Asia pudieron llegar a Norteamérica a través del estrecho intercontinental del puente de Bering, la plasticidad climática que presentaba ciertas especies podían haber impedido que el clima actuara como factor de provincialidad. Principalmente, el grupo de los tiranosáuridos muestran grandes afinidades de parentesco entre Asia y Norteamérica, como Tarbosaurus (Asia) y Tyrannosaurus (Norteamérica) así como los edmontosaurinos, como Shantungosaurus (Asia) y Edmontosaurus (Norteamérica). Como si esto ya no fuera poco, se ha encontrado restos fósiles, precisamente de posible afinididad a Edmontosaurus en regiones polares (Xing et al., 2017; Takasaki et al., 2020). Así que, posiblemente, los ancestros del grupo de los tiranosáuridos (y no tan tiranosáuridos) iban y venían a través del puente del estrecho de Bering (Zanno y Napoli, 2025), así como los edmontosaurinos. Una vez que desapareció el puente y ambos continentes quedaron aislados, cada linaje evolucionó de manera independiente.

Diagrama en el que se representa la hipótesis anteriormente comentada. Editado de Zanno y Napoli. (2025)

Aunque no todos los grupos de dinosaurios parecen presentar esta aparente plasticidad. Tal y como Longrich también menciona, el grupo de los titanosaurios parece que estuvo limitado a latitudes bajas y, de momento, no se ha encontrado ninguna evidencia fósil que corrobore su presencia en regiones polares, representando potencialmente otra nueva paradoja a la regla de Bergmann (para más entendimiento sobre este concepto vaya aquí). Por lo que, aparentemente, parece ser un grupo exclusivo de zonas cálidas o templado-cálidas.

Conclusión
Entonces, ¿la competencia no influyo en la diversificación? La competencia sí nos puede ayudar a enteder cómo convivían varias especies dentro del mismo ecosistema y cómo se repartían a la ahora de ocupar los nichos. No obstante, esto no explica cómo, a escala continental, este factor pudiera impidiera que linajes enteros se expandieran y colonizaran nuevos ambientes, como es el caso de los tiranosáuridos y edmontosaurinos. Aunque también, la propia biología de los dinosaurios pudo haber favorecido su gran diversificación y la endemicidad. Ya que al tener muchas crías pequeñas y juveniles que vivía en gran parte de manera independiente, diferentes etapas de crecimiento podía ocupar distintos nichos dentro del mismo ecosistema sin la necesidad de competir (Holtz, 2025).

Bibliografía
  1. Benton, Michael & Csiki-Sava, Zoltan & Grigorescu, Dan & Redelstorff, Ragna & Sander, P. Martin & Stein, Koen & Weishampel, David. (2010). Dinosaurs and the island rule: The dwarfed dinosaurs from Ha??eg Island.
    https://www.researchgate.net/publication/222398953_Dinosaurs_and_the_island_rule_The_dwarfed_dinosaurs_from_Haeg_Island
  2. Wolfe, Jack & Upchurch, Garland. (1987). North American nonmarine climates and vegetation during the Late Cretaceous.
    https://www.researchgate.net/publication/223176383_North_American_nonmarine_climates_and_vegetation_during_the_Late_Cretaceous
  3. Flynn, Andrew & Brusatte, Stephen & Chiarenza, Alfio & García Girón, Jorge & Davis, Adam & Fenley, C. & Leslie, Caitlin & Secord, Ross & Shelley, Sarah & Weil, Anne & Heizler, Matthew & Williamson, Thomas & Peppe, Daniel. (2025). Late-surviving New Mexican dinosaurs illuminate high end-Cretaceous diversity and provinciality.
    https://www.science.org/doi/10.1126/science.adw3282
  4. Wolfe, Jack & Upchurch, Garland. (1987). North American nonmarine climates and vegetation during the Late Cretaceous.
    https://www.researchgate.net/publication/223176383_North_American_nonmarine_climates_and_vegetation_during_the_Late_Cretaceous
  5. Brenda J. Buck, Greg H. Mack. (1995) Latest Cretaceous (Maastrichtian) aridity indicated by paleosols in the McRae Formation, south-central New Mexico.
    https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0195667185710361
  6. Xing H, Mallon JC, Currie ML (2017) Supplementary cranial description of the types of Edmontosaurus regalis (Ornithischia: Hadrosauridae), with comments on the phylogenetics and biogeography of Hadrosaurinae.
    https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0175253
  7. Takasaki, R., Fiorillo, A. R., Tykoski, R. S., & Kobayashi, Y. (2020). Re-examination of the cranial osteology of the Arctic Alaskan hadrosaurine with implications for its taxonomic status.
    https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0232410&fbclid=IwAR25w-imZE_JZy2ecD-5hpo6jnXMn8XukHYovB1nu8QpxKygTYCqCUNVhC8
  8. Zanno, Lindsay & Napoli, James. (2025). Nanotyrannus and Tyrannosaurus coexisted at the close of the Cretaceous.
    https://www.nature.com/articles/s41586-025-09801-6
  9. Thomas R. Holtz Jr (2025). Bringing up baby: preliminary exploration of the effect of ontogenetic niche partitioning in dinosaurs versus long-term maternal care in mammals in their respective ecosystems.
    https://www.italianjournalofgeosciences.it/297/article-1243/bringing-up-baby-preliminary-exploration-of-the-effect-of-ontogenetic-niche-partitioning-in-dinosaurs-versus-long-term-maternal-care-in-mammals-in-their-respective-ecosystems.html

Friday, November 14, 2025

El problema Salamandra

 Introducción

Hace no mucho tiempo discutí sobre cuál podría haber sido el posible origen del color de las salamandras del género Salamandra. Si bien podría haber evolucionado por representar una señal aposemática o por una coloración críptica, una idea a la que he sido bastante reacio.

En un primer momento había planteado que podría ser que la especie ancestral de la salamandra inicialmente desarrollará una colora críptica y que luego, posteriormente, debido a un cambio en la dieta o a una mutación pudiera llegar a ser capaz de sintetizar el compuesto orgánico que la hace tóxica. Y que luego, por medio de la selección natural, los individuos más llamativos y con una mayor cantidad de ese compuesto sobrevivirían y dieran lugar a esa especie.

En cierto modo no iba tan mal encaminado, y efectivamente había acertado al considerar que una mutación podría haber sido la causa o capacidad de sintetizar compuesto venenosos, como resultado de la duplicación de genes preexistentes, exones o dominios proteicos (Wong y Belov, 2012). De hecho, la presencia de cuatro alcaloides esteroidales en esta especie de salamandra (Knepper et al., 2019) parece indicar que la diversidad de toxinas podría haber surgido a partir de múltiples duplicaciones genéticas seguidas de modificaciones funcionales.

Un buen rompecabezas
Pero esto realmente sigue sin responde cómo evolucionó la coloración de la salamandra. Curiosamente, dentro del género Salamandra, dos de las sietes especies presentan una coloración completamente melanística, mientras que las demás tienen el patrón negro-amarillo. Una posible explicación es que el ancestro común tenía una coloración principalmente críptica y ya contaba con los genes duplicados para la síntesis de toxinas, pero que la coloración apareció de manera independiente en las distintas especies, lo cual iría en contra del principio de parsimonia. Alternativamente, el ancestro común podría haber sido ya negro-amarillo, con la duplicación genética de las toxinas presentes. En este caso, el patrón negro-amarillo sería la condición ancestral y las especies melanisticas representarían un rasgo derivado. Habiendo perdido su coloración amarillenta de manera progresiva hasta quedar completamente melánicas (Bonato y Steinfartz, 2005).

Representación de ambas hipótesis en cladogramas. El cladograma A representa la hipótesis según la cual el ancestro común del género Salmandra presentaba una coloración principalmente oscura y críptica, pero sus descendientes fueron perdiendo esa uniformidad y desarrollaron la coloración negro-amarilla de manera independiente. En cambio, el cladograma B), representa la hipótesis alternativa y muestra que la coloración negro-amarilla sería la condición ancestral del grupo, y que la coloración melánica habría aparecido después como un rasgo derivado. Modificado de Rodriguez et al. (2017)

Una vez entendido la condición de aparición de cada rasgo sería interesante tratar de explicar por qué estas dos especies perdieron su coloración amarilla. La posible hipótesis de que estas especies hayan perdido su llamativa coloración a causa de la pérdida del veneno queda totalmente excluida, ya que todas las especies de Salamandra, incluidas las completamente melanísticas, mantienen altas concentraciones de alcaloides esteroidales en sus secreciones cutáneas (Vences et al., 2014). Sumado a esto, la presencia de la coloración amarillenta no está relacionada con la concentración o composición de las toxinas, ni la depredación ni el riesgo infección explica la variación de toxinas ni el tamaño de las glándulas de veneno (De Meester et al., 2021), lo que implica que la coloración amarillenta puede evolucionar de manera relativamente independiente de la toxicidad química. 

Pero, si esto es así, ¿cómo es posible que se haya podido desarrollar? Pues resulta que el grado de extensión y tonalidad del amarillo puede depender de factores ambientales durante el desarrollo larvario, como la disponibilidad de alimento, el color del sustrato donde se desarrolla la larva y la productividad del hábitat, más que la diferencia genética entre poblaciones (Sanchez et al., 2019; Barzaghi et al., 2022). Por lo tanto, el origen de este sorprendente rompecabezas podría deberse a un factor epigenético. No obstante, por el momento se desconoce con precisión en qué genes actúa, pero se conoce la existencia de varios genes implicados en la coloración entre distintos morfos de color sin que existan diferencias genéticas asociadas (Burgon et al., 2020), así que será una cuestión de buscar.

Ahora bien, finalmente: ¿es todo esto el producto de una exaptación? Pues, por increíble que parezca, sí, dado que la coloración amarilla de las salamandras no habría evolucionado originalmente con una función defensiva. Simplemente, al coincidir con la aparición de las secreciones tóxicas, este rasgo habría sido cooptado como señal aposemática. Pero, ¿existe evidencia de que realmente funcione como señal aposemática? Sí, ya que utilizando espectrometría y diferentes modelos de visión de aves y serpientes se ha demostrado que el patrón negro-amarillo es lo suficientemente contrastante frente al follaje del bosque para ser considerado visible, incluso en condiciones nocturnas (Sanchez et al., 2019), lo que descarta que tenga una función críptica (Rivera et al., 2014). Aun así, sería interesante realizar más estudios para reforzar esta idea, por ejemplo usando modelos artificiales con distintos patrones de coloración para ver cuáles son los más depredados por los depredadores.

Conclusión
Así que sí, potencialmente las salamandras son aposemáticas gracias a una exaptación. La coincidencias del azar son, desde luego, sorprendentes y poco predecibles, pero esa es precisamente la gracia del azar.

Bibliografía
  1. Wong, Emily & Belov, Katherine. (2012). Venom evolution through gene duplications.
    https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22285376/
  2. Knepper, Janosch & Lüddecke, Tim & Preißler, Kathleen & Vences, Miguel & Schulz, Stefan. (2019). Isolation and Identification of Alkaloids from Poisons of Fire Salamanders (Salamandra salamandra).
    https://www.researchgate.net/publication/333007471_Isolation_and_Identification_of_Alkaloids_from_Poisons_of_Fire_Salamanders_Salamandra_salamandra
  3. Bonato, Lucio & Steinfartz, Sebastian. (2005). The evolution of the melanistic colour in the Alpine Salamander Salamandra atra as revealed by a new subspecies from the Venetian Prealps. Italian.
    https://www.researchgate.net/publication/232909766_The_evolution_of_the_melanistic_colour_in_the_Alpine_Salamander_Salamandra_atra_as_revealed_by_a_new_subspecies_from_the_Venetian_Prealps
  4. Rodríguez, Ariel & Burgon, James & Lyra, Mariana & Irisarri, Iker & Baurain, Denis & Blaustein, Leon & Göçmen, Bayram & Künzel, Sven & Mable, Barbara & Nolte, Arne & Veith, Michael & Steinfartz, Sebastian & Elmer, Kathryn & Philippe, Hervé & Vences, Miguel. (2017). Inferring the shallow phylogeny of true salamanders (Salamandra) by multiple phylogenomic approaches.
    https://www.researchgate.net/publication/318444856_Inferring_the_shallow_phylogeny_of_true_salamanders_Salamandra_by_multiple_phylogenomic_approaches
  5. Vences, Miguel & Sanchez, Eugenia & Hauswaldt, Susanne & Eikelmann, Daniel & Rodríguez, Ariel & Carranza, Salvador & Donaire-Barroso, David & Gehara, Marcelo & Helfer, Véronique & Lötters, Stefan & Werner, Philine & Schulz, Stefan & Steinfartz, Sebastian. (2014). Nuclear and mitochondrial multilocus phylogeny and survey of alkaloid content in true salamanders of the genus Salamandra (Salamandridae).
    https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1055790313004442
  6. DE Meester G, Šunje E, Prinsen E, Verbruggen E, VAN Damme R. (2021). Toxin variation among salamander populations: discussing potential causes and future directions.
    https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/1749-4877.12492
  7. Barzaghi, Benedetta & Melotto, Andrea & Cogliati, Paola & Manenti, Raoul & Ficetola, Gentile Francesco. (2022). Factors determining the dorsal coloration pattern of aposematic salamanders.
    https://www.nature.com/articles/s41598-022-19466-0
  8. Sanchez, Eugenia & Pröhl, Heike & Lüddecke, Tim & Schulz, Stefan & Steinfartz, Sebastian & Vences, Miguel. (2019). The conspicuous postmetamorphic coloration of fire salamanders, but not their toxicity, is affected by larval background albedo.
    https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/jez.b.22845#:~:text=Fire%20salamanders%20are%20conspicuous%20to,but%20not%20on%20its%20toxicity.
  9. Burgon, James & Vieites, David & Jacobs, Arne & Weidt, Stefan & Gunter, Helen & Steinfartz, Sebastian & Burgess, Karl & Mable, Barbara & Elmer, Kathryn. (2020). Functional colour genes and signals of selection in colour‐polymorphic salamanders.
    https://www.researchgate.net/publication/339851568_Functional_colour_genes_and_signals_of_selection_in_colour-polymorphic_salamanders
  10. Arribas, Oscar. (2019). Rivera, X.; Donaire-Barroso, D. & Arribas, O. (2014): Hipótesis sobre el origen y función del patrón de coloración y de las estrategias reproductivas en el género Salamandra.
    https://www.researchgate.net/publication/338224916_Rivera_X_Donaire-Barroso_D_Arribas_O_2014_Hipotesis_sobre_el_origen_y_funcion_del_patron_de_coloracion_y_de_las_estrategias_reproductivas_en_el_genero_Salamandra_Laurenti_1768_Butll_Soc_Catalana_Herpe

Saturday, November 8, 2025

¿Los paleoendemismos, una ficción en tendencia?

 Introducción

Tal y como me señaló Raúl con el problema de los paleoendemismos, he decidido abordarlo. En cierto modo, este problema también está relacionado con los llamados "fósiles vivientes". Pero, ¿qué es un paleoendemismo? Se define como aquel linaje o especie que una vez tuvo una amplia distribución geográfica, pero que actualmente sobrevive en un área muy reducida, considerándose a estas especies como "reliquia" del pasado, ya que representan grupos que han persistido durante mucho tiempo, mientras que otros linajes relacionados se extinguieron en gran parte de su rango original.

Las historias se cuentan bien...
El problema de esta definición es que realmente aquellas especies restringidas a zonas muy remotas siguen experimentando un proceso de evolución, bajo las presiones de selección que se imponen en el nuevo ambiente. Por dar un ejemplo, en Canarias existe la especie del pino canario (Pinus canariensis), cuyos antepasados continentales estaban ampliamente distribuidos por el continente europeo y norteafricano, pero que en algún momento se extinguió en el continente. Gracias a la colonización del archipiélago, la especie pudo sobrevivir y establecerse en un entorno relativamente distinto (Klaus, 1989; Gomez et al., 2003). 

Bajo este nuevo contexto, el pino canario se vio bajo el efecto de la selección natural, favoreciendo aquellos rasgos que les resultara adaptativos en estas nuevas condiciones, como un mayor aumento del grosor de la corteza para protegerse de los incendios, la serotinia, que asegura la liberación de semillas tras la quema del bosque, la capacidad de rebrote vegetativo (Climent et al., 2004) y una mayor resistencia a la cavitación del xilema (López et al., 2013).

En esta fotografía se puede ver la sorprendente resistencia y capacidad de rebrote vegetativo que ha desarrollado el pino canario (Pinus canariensis). Créditos de la imagen: Ciencia Verde

De hecho, otro buen ejemplo es el bosque de la laurisilva, que también se ha considerado como un paleoendemismo, cuando en realidad gran parte de su composición actual se estableció durante el Plio-Pleistoceno, mucho después del Terciario (Kondraskov et al., 2015). Por ejemplo, en el laurel (Laurus novocanariensis) y la reina del monte (Ixanthus viscosus) se ha demostrado que su diversidad genética se debe a dinámicas de poblaciones recientes y a dispersión a escala local, más que a la persistencia continua (Betzin et al., 2016). Lo que refuerza nuevamente la idea de que muchas especies consideradas paleoendemismos han seguido evolucionando dentro de sus linajes mediante anagénesis.

Una pregunta interesante sería: ¿por qué este tipo de especies suele evolucionar más frecuentemente por anagénesis que por cladogenésis? Pues básicamente se debe a su limitado rango de distribución, ya que estas especies tienden a colonizar los ambientes que más se asemejan a sus zonas originales. Esto no significa que los nuevos hábitats sean exactamente iguales, pero sí lo suficientemente idóneos para que la especie pueda existir y reproducirse. Como consecuencia, la especie rara vez encuentra una gran diversidad de nichos, por lo que se reduce las oportunidades de que se produzcan proceso de radiación adaptativa. Si a esto le sumamos que algunas especies, como el pino canario, tienen una alta plasticidad fenotípica (Lopez et al., 2013)  que podría reducir la divergencia, lo cierto es que algunos rasgos podrían fijarse genéticamente si existe una selección que los favorezcan, lo que por ende se traduce en una evolución anagenética de la especie.

Conclusión
A ver, creo que sobra decir que no por ello digo que la flora y fauna Canaria no sea importante (obviamente lo son), pero me parece arriesgado concluir que no existe evolución simplemente porque se trata de un organismo relicto, cuando la evidencia existente demuestra lo contrario. Entonces, ¿por qué seguimos utilizando un término que carece de un significado real? Probablemente sea para llamar la atención y destacar la importancia de la flora y fauna canaria, sumando esfuerzos para su conservación. Pero creo que sería más adecuado e interesante contar bien su historia, en lugar de etiquetarla con artilugios taxonómicos poco realistas.

Bibliografía
  1. W. Klaus (1989) Mediterranean pines and their history
    https://link.springer.com/article/10.1007/BF00936915
  2. Gómez A, González-Martínez SC, Collada C, Climent J, Gil L. (2003). Complex population genetic structure in the endemic Canary Island pine revealed using chloroplast microsatellite markers.
    https://www.researchgate.net/publication/9067553_Gomez_MA_Gonzalez-Martinez_SC_Collada_C_Climent_J_Gil_L_Complex_population_genetic_structure_in_the_endemic_Canary_Island_pine_revealed_using_chloroplast_microsatellite_markers_Theor_Appl_Genet_107_11
  3. Climent, J. & Tapias, R. & Pardos, José & Gil, Luis. (2004). Fire adaptations in the Canary Island pine (Pinus canariensis).
    https://www.researchgate.net/publication/226058263_Fire_adaptations_in_the_Canary_Island_pine_Pinus_canariensis
  4. López, Rosana & Lopez de Heredia, Unai & Collada, Carmen & Cano, Francisco & Emerson, Brent & Cochard, Hervé & Gil, Luis. (2013). Vulnerability to cavitation, hydraulic efficiency, growth and survival in an insular pine (Pinus canariensis).
    https://www.researchgate.net/publication/236638406_Vulnerability_to_cavitation_hydraulic_efficiency_growth_and_survival_in_an_insular_pine_Pinus_canariensis
  5. Kondraskov, Paulina & Schütz, Nicole & Schüßler, Christina & Sequeira, Miguel & Guerra, Arnoldo & Caujapé-Castells, Juli & Molina, Ruth & Marrero-Rodríguez, Águedo & Koch, Marcus & Linder, Peter & Kovar-Eder, Johanna & Thiv, Mike. (2015). Biogeography of Mediterranean Hotspot Biodiversity: Re-Evaluating the 'Tertiary Relict' Hypothesis of Macaronesian Laurel Forests.
    https://www.researchgate.net/publication/280067518_Biogeography_of_Mediterranean_Hotspot_Biodiversity_Re-Evaluating_the_'Tertiary_Relict'_Hypothesis_of_Macaronesian_Laurel_Forests
  6. Betzin, Anja & Thiv, Mike & Koch, Marcus. (2016). Diversity hotspots of the laurel forest on Tenerife, Canary Islands: a phylogeographic study of Laurus and Ixanthus.
    https://academic.oup.com/aob/article/118/3/495/1741146

Thursday, November 6, 2025

Qué son los extremos para un rape de aguas profundas

 Introducción

Qué mejor historia de terror que dedicar un momento a los escalofriantes orígenes evolutivos de algunas especies de peces rapes de las profundidades marinas, siendo uno de los mejores ejemplos de parasitismo sexual que existen. En estas especies, el macho se une de manera permanente al cuerpo de una hembra, fusionando sus tejidos y sistema circulatorios, de los cuales obtiene los nutrientes necesario para su supervivencia. Ante tal semejante e increíble adaptación, se pueden plantear varis preguntas interesantes sobre los mecanismos evolutivos que la han hecho posible, como: ¿cuáles son los costos y beneficios que implica para ambos sexos? ¿Qué procesos genéticos y adaptivos permitieron el desarrollo de un vínculo tan extremo? y, ¿cómo intervinieron  la selección natural y sexual en la configuración de las estrategias reproductivas?

Hembra de diablo negro (Melanocetus johnsonii). Créditos de la imagen: Marc Martín.

Una metralleta de preguntas
En primer lugar, los beneficios y desventajas de esta relación son distintos para machos y hembras. Para el macho, la unión simbiótica representa claramente una solución adaptativa a la dificultad de encontrar pareja en el entorno abisal. Al fusionarse con la hembra, el macho asegura tanto su supervivencia como el acceso permanente a una pareja. Sin embargo, esta extrema forma de vida implicó grandes transformaciones morfológicas, como: una reducción de su tamaño corporal y un importante número de órganos se atrofian, a excepción de los testículos (Isakov, 2022). Además de presentar varias modificaciones en la dentición para facilitar la sujeción a la hembra (Meunier, 2015).

Con el tiempo, esta unión física se intensifica hasta que ambos organismos fusionan sus tejidos y sistemas circulatorios. Hecho que no sería posible sin la pérdida de varios genes esenciales del sistema inmunitario adaptativo, responsables de codificar los componentes de los linfocitos B y T (Isakov, 2022), además de la expresión defectuosa de genes del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) (Dubin et al., 2019). También hay algunas especies en las que el macho es capaz de liberar enzimas que disuelven el tejido de la hembra alrededor de su boca, lo que facilita la unión anatómica (Pietsch, 2009)

Por su parte, las hembras obtiene la ventaja de disponer de uno o incluso varios machos adheridos a su cuerpo (Saruwatari, 2010), lo que garantiza la fertilización de sus huevos sin necesidad de buscar pareja. No obstante, esta relación también conlleva un coste energético considerable, ya que debe de mantener vivos a los machos parásitos mediante su propio suministro sanguíneo.

La evolución de este extraño hábito parasitario del macho podría  explicarse por la limitada capacidad de encontrar una hembra. Para asegurar la reproducción tras el primer encuentro, la selección sexual favoreció a los machos capaces de permanecer adheridos a una hembra, aumentando así su probabilidad de transmitir sus genes. Esta presión selecctiva condujo a la aparición de adaptaciones que permitieran dicha unión. Una vez establecido el parasitismo sexual, la selección natural actúo y favoreciendo a las hembras de mayor tamaño corporal, ya que podían acumular una mayor cantidad de reservas energéticas para mantener a los machos adheridos y, al mismo tiempo, aumentar la producción y el desarrollo de huevos.

Conclusión
He de decir que no todas las especies de rapes abisales desarrollaron un estilo de vida de parasitismo sexual totalmente obligado. De hecho, aquellas especies que no lo han desarrollado no han perdido estos genes y conservan su sistema inmunitario adaptativo funcional (Brownstein et al., 2024). 

Ahora bien, otra pregunta interesante sería cómo hacen los machos para encontrar a las hembras. Pues seguramente por el desarrollo de un marcado dimorfismo sexual olfativo, en el que los machos presesentan órganos olfativos muchos grandes que las hembras en relación con su tamaño corporal, lo que les permitiría detectar las señales químicas o feromonas liberadas por las hembras, algo que se ha evidenciado en peces linternas (Martin y Smith, 2024).

Bibliografía
  1. Isakov N. (2022). Histocompatibility and Reproduction: Lessons from the Anglerfish.
    https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35054506/
  2. Meunier, Francois. (2015). New data on the attachment of teeth in the Angler fish Lophius piscatorius (Actinopterygii: Teleostei: Lophiidae).
    https://www.researchgate.net/publication/292802063_New_data_on_the_attachment_of_teeth_in_the_Angler_fish_Lophius_piscatorius_Actinopterygii_Teleostei_Lophiidae
  3. Dubin A, Jørgensen TE, Moum T, Johansen SD, Jakt LM. Complete loss of the MHC II pathway in an anglerfish, Lophius piscatorius.
    https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC6832177/
  4. Pietsch, T.W. (2009) Oceanic Anglerfishes
  5. Saruwatari T. (2010). Debunking an urban legend of the deep sea: The queen of the abyss and her contribution to ceratioid anglerfish biology.
    https://churashima.okinawa/userfiles/files/page/ocrc/p128-136.pdf
  6. Brownstein, Chase & Zapfe, Katerina & Lott, Spencer & Harrington, Richard & Ghezelayagh, Ava & Dornburg, Alex. (2024). Synergistic innovations enabled the radiation of anglerfishes in the deep open ocean.
    https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0960982224005761
  7. Martin, Rene & Smith, William. (2024). First evidence of sexual dimorphism in olfactory organs of deep-sea lanternfishes (Myctophidae).
    https://www.researchgate.net/publication/378926122_First_evidence_of_sexual_dimorphism_in_olfactory_organs_of_deep-sea_lanternfishes_Myctophidae